Cap 58: Ebrio

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Cap 58: Ebrio

Habiendo recorrido un largo camino ya Estábamos en casa, es decir la cabaña de la familia Criseida. Habíamos pasado todo el día casa. En el cual nos habíamos tardado dos días casi enteros en regresar, Despedimos a Fuchs a mitad de camino, para ese entonces teníamos muy en claro cómo regresar.

Ante nuestros ojos, estaban todos reunidos en el exterior de la casa, en el patio o casi patio. Algunos lloraban, otros sin embargo se miraban los pies. Para su sorpresa habíamos llegado a las ocho de la noche. Si no hubiéramos salido de ese bosque aún seguiríamos creyendo que era de día. Los Criseida corrieron hasta nosotros, cómo una masa se abalanzaron. Algunos lloraban de emoción y otros seguían mirándose los pies. Tina se me acercó toda contenta, con una sonrisa valorable y sincera. Me ayudó a bajar y me dio un fuerte abrazo de bienvenida. Pero yo estaba demasiado agotada cómo para registrar todo. Con su ayuda me escabullí entre la multitud, saludaban al Louis y a Liam. Me acompañó hasta la entrada del pórtico de la puerta y entramos sigilosas, para que nadie nos viera y corriera a darme una larga bienvenida.

Ya dentro estaba todo apagado. En la cocina y parte de la casa. No se podía ver nada. Sólo la luz de la luna que traspasaba las entre aberturas de las cortinas de los cristales de las ventanas. Vi cómo tina abría un cajón y sacaba una caja de cerillos, con ella rompía un empaquetado de 7 unidades de velas. La encendió y esperó que la será goteara por el calor, para poder colocarla en el pequeño plato de acero. Agitó fuertemente el cerillo para que el fuego cesara y dejó el plato con la vela en la barra enlosada de la cocina. Repitió lo mismo con otra que puso en la punta de la barra.

Tina: -Si dios quiera que no se nos acaben las reservas de velas.-

Observaba el fuego, la pequeña llama que se esforzaba por perdurar en su lugar sin cesar.

Tina: -Sabes, se nos ha cortado la electricidad, es muy común, ya que usamos energías naturales.- dijo con comicidad. Mientras miraba mi cara decaída, parecía no prestarle a tención a nada, ya que no había emitido ni un solo ruido -¿Queres agua?- Dijo con duda, tratando de observarme. Emitió un “HO” de pena que se alargó y se fue apagando cómo las llamas de una vela.

Me tendió un vaso que había llenado con agua templada del fregadero. Lo tomé en mis manos y me quedé petrificada viendo cómo el agua vibraba con cada leve movimiento de mis manos. Le reflejaba la luz del fuego, y no se por que eso me había parecido tan hechizante.

Tomé un sorbo, y la estimulación del líquido en mi boca hizo darme cuenta cuanta sed tenía. Me la bebí toda de un solo trago, delante de Tina que me miraba algo impactada, o impresionada. Esbozó un gesto entusiasta y tomó lentamente el vaso de vidrio de mi mano esperando una reacción, pero allí me quedé sin demostrar palabra. Lo llenó nuevamente, esta vez el agua parecía rebalsar y lo acerqué muy despacio a mi boca, tomando sorbo por sorbo, hasta que quedó medio vacío y pude volver a tomármela de un trago. Se lo extendí, casi rogándole que me diera más.

Tina: -___, ya es demasiada agua, te hará mal tanta de golpe- No aceptó el vaso y se negó.

-Ho- Dije un susurro de pena rápido.

Tina: -Tenemos algo de comida-. Mi cara se iluminó al escuchar la palabra comida.

Se dirigió a una heladera portátil, la cual no conllevaba electricidad. Se agachó para abrirla y sacó un conjunto de sándwiches. Serró la heladerilla de un golpe con su pie izquierdo y los dejó en la barra. Tomé uno con mi mano, y me fue casi imposible aguantar las ansias para comer con respeto.

Tina: -No te contengas. De seguro no has probado bocado desde que marchaste con los chicos. Dios, que te has puesto delgada desde el primer día que llegaste aquí. Quédate tranquila aremos que te recobres en poco tiempo. ¿Malik te engordaba bastante?- Esa pregunta más bien me dio risa.

Media Luna (One Direction Y TU) La mansión y el bosque SaworttDonde viven las historias. Descúbrelo ahora