La Promesa✅

"Capítulo 10"

Juancarlos Riego

2018

La observo dormir pacíficamente. La he visto dormir todos estos dos años que he trabajo para su madre, pero esta vez es distinto, esta vez sé que la veré despertarse de nuevo y verla sonreír. Había enterrado mis sentimientos hace un año atrás, pensando que lo que yo sentía era absurdo y una total fantasía, pero ahora que ella se ha despertado, todos esos sentimientos han regresado, y sabiendo ahora que es la misma chica que había visto en los videos, solo mil veces mejor. Hemos compartido un increíble mes juntos y lo único que me detiene en decirle que la quiero más que una amiga es su estúpido ex, del que ella sigue locamente enamorada. Un amor que el desgraciado no se merece por lo que le hizo. Cuánto me gustaría decirle mis sentimientos, que muchas veces en secreto le confesé cuando estaba en coma pero ahora se ve imposible, no puedo evitar pensar en como hace dos años Julieta llegó a cambiar mi vida para siempre.

Flashback 2014

Mi destino siempre ha sido ser un policía.

Mi tatarabuelo, mi abuelo y mi padre fueron policías, y ahora me toca a mí. Toda mi vida me han dicho mis padres que mi destino ha sido ser un policía, que eso estaba en mi sangre, y que no podía defraudar a la familia. Pero si tan siquiera me preguntaran, supieran que lo que me ha apasionado siempre ha sido la medicina, y que ser policía no estaba en mis cartas. Cuando muchos adolecentes estaban en fiestas o pasando tiempo con sus amigos, yo pasaba mi tiempo libre leyendo enciclopedias de medicina y estudiando diferentes diagnósticos. No sé, solo saber que yo podía salvarle la vida a alguien me hace sentir un orgullo indescriptible, saber que en el futuro podría hacer grandes descubrimientos en la medicina me hizo enamorarme de está profesión. Mientras seguía en el colegio, aplique para varias becas, a ver si podría ganarme alguna, y para mi suerte lo logré. Es una media beca, me ayudaría con la mitad, y yo tendría que preocuparme por lo demás. Eso es una gran ayuda, y ahora mi una problema es que tengo que convencer a mis padres.

Cuando me gradúe del colegio, mis padres ya prácticamente me tenían inscrito para la academia de policía, pero en la cena de mi graduación les dije que no quería ser un policía y que quería estudiar medicina. Nunca había visto la tercer guerra mundial armarse tan rápido. Fue la primera vez que vi a mis padres decepcionados de mí, siendo que yo siempre he sido su orgullo más grande, y eso que tengo dos hermanos más que siempre me han envidiado la atención que recibo de mis padres, algo que nunca les pedí. Les traté de explicar que ya tenía una beca, que ellos no tenían que preocuparse por mucho, pero ellos no quisieron escucharme, más bien me dieron dos opciones. O me voy a la academia de policía o me voy de su casa. Nunca pensé escuchar eso de mis padres, solo tenía 18 años y sin ningún lugar adonde ir.

Esa noche pensé en mis opciones, sabía que la situación es difícil, podía estar ejerciendo una carrera que odiaba, pero tendría el amor y apoyo de mis padres, o podía estar ejerciendo la profesión que tanto deseo hacer, pero perdería a mi familia para siempre. Yo amo a mi familia, más que nada en este mundo, pero no viviré mi vida haciendo algo que no me hace feliz, tampoco aceptaré el chantaje de mis padres. Al otro día les dije a mis padres que no quería aceptar lo que ellos querían, y me dijeron que tenía una hora para salir de su casa.

Recogí todo lo que era mío y me fui de la casa. Ese día me quede huérfano. Me puse en contacto con mi mejor amigo Sergio y él me dio posada en su casa, sus padres tuvieron compasión de mí y me dijeron que podía quedarme todo el tiempo que quisiera, y ellos me ayudarían en lo que pudieran. Sergio, igual que yo, quiere ser médico, solo que yo quiero ser médico general y él quiere ser cardiólogo. Ver como sus padres lo apoyan en su decisión y estan felices por él, me hace envidiarlo mucho, porque me hubiera encantado que mis padres me apoyaran de esa manera.