Juancarlos
—¿Julieta? — la llamo pensando que esta en el baño, pero no hay respuesta, cuando me desperté pensé encontrarla a mi lado, pero no hay rastros de ella en ningún lado de mi habitación. Agarro mi celular para llamarla, pero es cuando veo que tengo un mensaje de Julieta explicándome que se fue de nuevo a su habitación. Ya sabiendo adonde esta, y que esta bien, me recuesto de nuevo en mi cama, respiro profundó y pienso en lo que paso anoche. Fue una tontería de mi parte decirle a Julieta mientras dormía lo que siento por ella, por mi suerte estuvo súper dormida y no me escucho, pero si se hubiera despertado eso iba ser un desastre. Este no es la manera que quiero decirle lo que siento, quiero decirlo en otra situación, cuando no estemos en el otro lado del mundo buscando al hombre que la tiene enamorada. Solo necesitaba decirlo en voz alta y saber que lo que siento es real, y que no estoy loco, solo necesitaba decirlo, aunque creo que nunca lo volveré a decir, porque después que Julieta se de cuenta de todo, me va a odiar.
Me salgo de mis pensamientos y me comienzo alistarme porque tengo que encontrarme con Julieta a las diez para desayunar. Me baño, me cambio la ropa y ya todo listo cierro la puerta de mi habitación y paso por la habitación de Julieta, pienso en tocar su puerta para ver si esta lista para irnos juntos, pero no lo hice, le daré su espacio para alistarse a su tiempo, o tal vez ya esta en el restaurante porque yo ya voy unos minutos tarde. Me subo al elevador para llegar al restaurante del hotel que esta en la planta baja. Cuando llego al lugar del reencuentro no veo a Julieta por ninguna parte y eso me preocupa un poco, ¿y si que algo le paso? Ella siempre es muy puntual con todo y yo llegué unos minutos después de las diez y ella aun no ha llegado. Preocupado comienzo a caminar de nuevo hacía el elevador para ir a buscarla a su habitación, pero veo que las puertas del elevador se abren y sale Julieta, se ve tan preciosa que me roba mi aliento. Tiene puesto un vestido blando de verano con tirantes delgados y con pequeñas flores bordados sobres su vestido. Anda sandalias blancas y un monedero en su mano. Su cabello está planchado y ondulado en las puntas, no anda puesto mucho maquillaje, pero sus labios están con un leve color rojo que me hace querer besarla. Nuestras miradas se unen y ella me sonreí con alegría y se acerca hacía mí.
—Buenos días mi acosador preferido —me saluda dándome un beso en mi mejilla, su perfume de fresas acaricia mi nariz y podía pasar todo el día oliendo ese olor.
—Buenos días loca, ¡Wow te ves preciosa! ya veo que tienes de todo en esa maleta que pueden caber un cuerpo si quisieras —ella se ríe.
—Gracias, y tu tampoco te vez tan mal, es bueno verte fuera de tu uniforme de enfermero de compañía —se burla.
—¡Hey! No te burles, no hay nada más sexy que verme en mi uniforme y no me lo puedes negar —exclamo con aires de superioridad fingida.
—Allí vas con tu arrogancias, no sé como te aguanto.
—Eso no es arrogancia, es alta autoestima, son dos cosas muy distintas— afirmo sonriendo.
—Ok, si tú lo dices —ella igual me sonríe y no acercamos a una mesa en el restaurante para desayunar antes que venga a la guía de turistas que nos acompañará por el resto del día. Le saco la silla a Julieta para que se pueda sentar en nuestra mesa, ella vuelve hablar —perdón que llegue tarde, es que iba de salida y mi madre me llamo, le estaba contando sobre el viaje y lo bonito que es Bogotá que sé me fue el tiempo —me dice mientras yo tomo mi asiento.
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La Promesa✅
Romance¿Qué harías tu si te despertarás de una coma 3 años después? Julieta Brooks va de rumbo a una entrevista de trabajo que necesita para ayudar a su familia y ahorrar dinero para poder viajar y visitar a su novio en colombia, Ariel Velez. Cuando esta e...