chapter: sixteen

120 17 8
                                    

Liam






Esta noche jugamos contra Pittsburgh. Son un gran equipo, pero tengo la confianza de que podemos patearles el trasero. Nuestra mañana patinando fue bien y Blake está de vuelta en el hielo. Incluso mejor, cuando salgo del estadio para nuestras horas de descanso antes del partido, no hay ningún lunático protestando en el estadio y no he escuchado sobre la reventa de entradas en unos cuantos días. ¿Podría estar reduciéndose el delirio paulatinamente? Jodidamente lo espero.

Esta mañana cuando me fui, Zayn tenía el calendario de las eliminatorias en una mano y una página web de reservas de viajes abierta en el ordenador portátil. De camino a la puerta le pedí que pensase en algún complejo que quisiera visitar en Cali.

—¿O qué tal un par de días en Hawái antes de que veamos a tu familia? —le había preguntado.

—Suena caro —había murmurado.

Pero quería que pensase a lo grande. Después de este duro año nos merecemos tener algo de diversión. Mientras conduzco a casa pienso en hacer surf de remo con Zayn en la playa de algún lugar. Y pidiendo cervezas con trozos de limón metidos en el cuello de la botella. Había mencionado Hawái, pero México también sonaba bien.

Estoy silbando mientras entro a nuestro apartamento. Tras la puerta, la primera cosa que noto es que está desordenado. Hay numerosos vasos sobre la encimera y revistas en cascada desde la mesa de café hasta el suelo. Ese no es exactamente un gran problema. Pero Zayn es una especie de maniático de la limpieza la mayoría del tiempo y últimamente parece que simplemente no le importa. Lo que me preocupa. Mucho.

—¿Cariño? —llamo como hago normalmente cuando llego.

No hay respuesta, pero escucho el sonido de una cremallera en algún lugar del apartamento.

Cuelgo el abrigo en el perchero, algo que compró Zayn cuando se hartó de encontrar mi abrigo en el sofá. Con unos cuantos pasos rápidos llego al pasillo y a la habitación. Zayn está agachado sobre una gran bolsa de lona. Su bolsa de lona. Está metiendo un kit de afeitado en el fondo.

—¿Cariño? —repito de nuevo.

Se sobresalta, luego se endereza rápidamente. Viéndose culpable.

—Hola —responde con voz ronca—. No te escuché entrar.

Obviamente. Aunque no lo digo. Estoy demasiado ocupado intentando resolverlo. Hay una hoja impresa sobre la cama. TARJETA DE EMBARQUE se lee. Air Canadá. Su ordenador está guardado en su funda al lado de él. Su teléfono móvil y cargador están a un lado sobre la cama.

—¿Adónde vas? —farfullo.

—A casa —responde, después rápidamente añade—: Para ver a mi gente. Te dije que pensaba que necesitaba un tiempo en California. Aún no puedo volver a trabajar, ¿verdad? También podría ir de visita.

—Um... —Algo está realmente mal con esto. Su rostro también está sonrojado—. ¿Ibas a decírmelo? ¿Siquiera ibas a decir adiós? —Sale sonando irregular y asustado. Pero estoy asustado.

—Sí —afirma—. Por supuesto. Sabía que llegarías a casa más o menos ahora.

Las campanas de alarma están sonando a todo volumen. Zayn está de pie a metro y medio de distancia, con las manos extrañamente metidas en los bolsillos del vaquero. Nunca antes he estado en una relación. Pero así no es como se supone que funciona.

—¿Estamos rompiendo justo ahora? —suelto de golpe.

Zayn parece asustado, como si no esperase que lo dijese en voz alta. —No —responde después de una pequeña pausa—. No. Estas solo son unas vacaciones. Yo... —Se aclara la garganta—. Simplemente necesito ver a mi gente.

Pero no puedo evitar escuchar Simplemente necesito estar alejado de ti.

Noto los latidos de mi corazón en mis oídos. ¿Le grito ahora? ¿Eso es lo correcto para hacer? No sé lo que Zayn necesita. Si lo supiese se lo daría. Un gran agresivo despliegue de mi amor sería un modo de hacerlo. ¿Pero realmente es este viaje lo que necesita? ¿Unos rayos de sol le arreglarán? La indecisión me mantiene petrificado en el suelo y de repente la garganta me quema y me pica.  Tomo mi vaso de agua de la mesilla de noche y me lo bebo de un trago mientras trato de imaginarme qué decir.

Su teléfono suena en la cama. Lo toma y responde.

—Gracias —dice después de un minuto. Esa es toda la llamada.

—¿Quién era? —mascullo.

—La, um, compañía de taxis. El auto estará aquí en diez minutos.

Lucho contra un escalofrío en todo el cuerpo. —Si necesitabas que te llevasen al aeropuerto, ¿por qué no me lo pediste?

¿Qué DEMONIOS está pasando aquí?

De nuevo, su expresión se torna culpable. —No lo sé —responde, mirando sus zapatos—. Simplemente pensé que sería más fácil de este modo.

Tiene razón. Porque probablemente haría una escena en el aeropuerto. Estoy bastante cerca de hacer una aquí mismo.

—No quiero que te vayas, Malik.

Zayn se encoge. —Tengo que hacerlo... —Se atraganta con la última palabra—. Simplemente tengo que intentar algo, ¿de acuerdo? —Cuando vuelve a levantar los ojos, los tiene húmedos.

Ahora estoy más aterrorizado que nunca. Tropiezo hasta él y le rodeo con los brazos. Al menos me devuelve el abrazo. Se me cierra la garganta completamente. No, no, no, canto en mi interior. Gritaría si supiese que es lo correcto para hacer. ¿Pero cómo negarle un viaje a donde sus padres? Mañana me marcho a Minnesota. No tiene sentido que le suplique que se quede y luego salte al avión del equipo durante cinco días.

Joder. Así que me aguanto y hago lo correcto.

—Cuídate —susurro—. Eres realmente importante para mí.

Me abraza con un poco más de fuerza y toma una respiración temblorosa. —Tú también.

De acuerdo. Puedo hacerlo. —Te amo —digo, apartándome un poco.

—Yo también te amo —murmura.

No me mira a los ojos.

Joder.

Joder.

Joder.

Se entretiene con los últimos artículos sobre la cama, guardándolos en su sitio. La compañía de taxis le manda un mensaje de que el conductor está debajo de acuerdo al  horario.

Increíble.

Lo acompaño hasta la puerta de nuestro apartamento. Le doy un beso en la mejilla y le abrazo una vez más. Luego lo dejo salir solo al pasillo. Si bajo simplemente me dejaré en ridículo. En cambio, pongo la frente contra el frío acero de la puerta y escucho el sonido de sus pasos bajando.
Una vez más lo repito en mi mente. Un viaje a Cali a ver a sus padres. De todos modos no puede trabajar. Dijo que no estábamos rompiendo. Son unas vacaciones.

¿Entonces por qué se siente como si dejase que mi corazón se saliese de mi pecho y tome un taxi hasta el aeropuerto?

╚ ≪ • 𝓾 𝓼  ❈ 𝐙 𝐈 𝐀 𝐌 • ≫ ╝ #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora