Zayn
Liam ya se ha ido cuando dejo a mis cansados ojos que se abran a la mañana siguiente. Hay un post-it verde en su almohada, y atontado llegó por él.
Quería despedirme con un BJ pero estabas tan dormido que no tuve el corazón para despertarte. Te llamo cuando este en Nashville. Blake está en el sofá si me necesitas. Jess llega a las once. Te amo.
Su familiar garabato me alivia, ¿pero las palabras que había escrito? No tanto. No necesito una niñera, y mucho menos dos de ellas. Lo que necesito es salir de esta cama, comerme algo de sopa, e ir a mi práctica de la mañana.
Tengo gente que depende de mí, maldita sea. Braddok puede haberme dado una semana libre —o más bien, me dio un período indefinido, hasta que “mejore”—, pero no hay manera en que no esté saltando al trabajo. Tenemos un torneo importante por delante en unas pocas semanas. Los niños tienen que estar preparados para ello. Mi arquero tiene que estar preparado. Me pone enfermo que otro entrenador podría estar trabajando con Dunlop sólo porque tengo una estúpida tos y…
Casi escupo un pulmón mientras me siento en la cama. Mierda. Mis ojos me lloran, mi pecho doliendo mientras agarro mi lado y toso con tanta fuerza que temo que pude haberme roto una costilla.
Pesados pasaos caminan por el pasillo. En un latido de corazón, Blake aparece en la puerta en bóxers escocés y un caso grave de cabeza-de-cama.
—¡Jesús! ¿Estás bien, Z-Bomb? —demanda—. ¿Qué puedo conseguirte? ¿Agua? ¿Medicamentos para el dolor?
Miro hacia él a través de otra ronda de tos salvaje. Cuando da un paso más cerca, azoto mi mano por encima y digo ahogadamente. —Estoy bien.
Incrédulos ojos verdes me miran de vuelta. —No estás bien. Suenas como si estuvieras a punto de caer muerto en cualquier momento. ¡Voy a llamar a Liam!
Por suerte mi ataque de tos se detiene en ese momento. Me tropiezo saliendo de la cama.
—No es necesario llamar a Liam. —digo escuetamente—. Te lo dije, estoy bien.
—¿Oh, sí? Entonces, ¿por qué te tambaleas como si fueras un… lo que sea que se tambalea? Un pequeño caballo, ¿verdad? Un potro. —Se ve satisfecho de sí mismo—. ¿Por qué te tambaleas alrededor como un potro? Hey, ¿dónde vas?
Me detengo frente a la puerta de nuestro baño privado. —Me estoy meando —digo con los dientes apretados—. ¿Eso está permitido?
Blake me sigue derecho al cuarto de baño. Para mi molestia, cruza sus enormes brazos sobre su enorme pecho y dice:
—Liam dijo que no te puedo dejar fuera de mi vista. En caso de que te caigas o algo.
Oh, por Dios santo maldito. —¿Quieres sostener mi polla por mí, también? —murmuro.
Se ríe. —Na, voy a dejar la sostenida de polla a tu hombre. Sólo observaré.
No hay nada más humillante que mear mientras que el gigante compañero de tu novio se queda ahí mirando. Luego procede a seguirme al dormitorio mientras hago un esfuerzo muy trabajoso para vestirme.
—No necesitas vestirte por mi causa —remarca mientras abotono mi camisa.
—No es por ti —lo muerdo—. Tengo práctica en una hora.
—Oh, no, tú no. —Lo siguiente que sé, es que Blake está delante de mí otra vez. Desabrochando mi camisa. Mis débiles intentos de apartar sus manos no tienen éxito—. No vas a ninguna parte, excepto volver a la cama —ordena—. O al sofá, si quieres ver algo de charla en la mañana conmigo. ¿Te gusta The View? A mí sí. Esas chicas son divertidas. Estuve allí una vez, ¿sabes eso? Di con Whoopi. Ponche. —Frunce los labios—. Bummer, ¿eh?
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╚ ≪ • 𝓾 𝓼 ❈ 𝐙 𝐈 𝐀 𝐌 • ≫ ╝ #2
Fanfic↬segunda parte [2/2] ↬adaptación; créditos a quién corresponda.