Zayn
La fiebre es alucinante. La habitación tiene una extraña cualidad muy inquietante y tengo frío y calor al mismo tiempo. Solo hay una cosa aquí que se está comportando justo del modo en que necesito y ese es Liam. Cada vez que abro los ojos, está ahí. Incluso aunque estoy preocupado por su salud, su carrera y cualquier otra maldita cosa. No puedo negar que me reconforta. Porque todo lo que me está pasando es muy desorientador.
—¿Cómo llegué aquí? —pregunto repentinamente.
Levanta la mirada del teléfono. —Um, en ambulancia, estoy bastante seguro. Tu hombre, Danton, me llamó a la pista de hielo, pero no escuché todos los detalles. —Se aclara la garganta—. Creo que dijo algo sobre una ambulancia.
Pensé en eso mientras las paredes brillaban extrañamente. ¿Y luego? Un gran oso pardo aplastó su cuerpo contra la ventana de cristal. Estoy mirando cuando suena el teléfono en la pared y una voz estalla:
—¡Hombre! ¡En qué problema te metiste, Z-Bomb!
Mi sinapsis funciona a cámara lenta, pero la risa de Liam es la que me lo aclara. Blake ha llegado. ¡Joder! Trato de alejar despreocupadamente mi mano de la de Liam, pero me la sujeta con fuerza.
—¿Liam? —farfullo.
—¿Sí?
—¿Se ha descubierto nuestra tapadera?
—Bueno...
La histeria de Blake hace vibrar la pared. —¿Se descubrió su tapadera? ¿Un oso es católico? ¿El papa caga en el bosque? Vi sus rostros en las noticias de las diez. Bonita fotografía de anuario, Z-Bomb.
Liam salta de la silla y camina hacia la ventana. Estoy bastante seguro de que está haciendo un gesto de cortarle el cuello.
—¿Qué? —cuestiona Blake encogiéndose de hombros—. Va a ver la televisión, un periódico o un teléfono antes de mañana, ¿cierto?
De algún modo esta nueva información ayuda a aclararme la mente. Si estamos en las noticias eso significa que todo el mundo se está dando un festín con Liam como un buffet de cotilleos.
—Lo siento mucho —digo.
Liam se gira. —No. Esto no es culpa tuya. Ni siquiera un poco.
Sé que es verdad. Pero apostaré a que esto es un verdadero inconveniente. No me extraña que haya estado curioseando en el teléfono cuando piensa que no estoy mirando.
—¿Qué dice Frank?
Liam se encoge de hombros. —Se está encargando de ello. No tienes que preocuparte. —Aun así no aparenta ni de cerca estar tan calmado como sus palabras.
—Estás atrapado aquí conmigo. Deben estar enfadados por eso. Probablemente hay camiones de prensa frente al estadio.
—Hay camiones de prensa frente al hospital —interviene Blake alegremente.
Ambos le miramos.
—¿En serio? —pregunta Liam.
—¡Sí! Tuve que atravesarlos. Les traje sus pijamas. —Levanta una bolsa de lona—. El supervisor me dejó entrar en el apartamento. No sabía qué cepillo de dientes era de quién, así que simplemente lo traje todo.
Lentamente, de manera sutil, Liam y yo nos giramos para mirarnos a los ojos. Teníamos la misma extraña pregunta en mente, simplemente lo sé. Se equivocó al abrir...
—Probablemente no debería haber abierto todos los armarios —continua Blake frotándose la barbilla—. No puedo olvidar algunos de esos juguetes. Pero todo el mundo tiene que tener su propio tipo de diversión. Hablando de diversión, también les traje unos sándwiches italianos de la tienda de la esquina. ¿Crees que puedo conseguir que esa enfermera con mala leche les dé esta bolsa?
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╚ ≪ • 𝓾 𝓼 ❈ 𝐙 𝐈 𝐀 𝐌 • ≫ ╝ #2
Fanfiction↬segunda parte [2/2] ↬adaptación; créditos a quién corresponda.