chapter: twenty-four

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Zayn








Una semana después, el jurado me declara no culpable. De acuerdo, estoy siendo melodramático. No hubo jurado, sólo un comité. Y sin veredicto, sólo una “decisión oficial” que determinó que mis acciones hacia Danton tal vez podían haber sido provocadas y exacerbadas por la medicación que había estado tomando. Mi archivo personal ahora incluía un aviso, pero no se tomó ninguna  otra acción disciplinaria, para mi alivio. Incluso aunque Liam se pasó toda la semana diciéndome que no me preocupase, aún estaba imaginando todos los peores escenarios y estoy contento de poder volver a respirar.

Hay un salto en mi caminar mientras entro en el estadio el lunes por la tarde, inhalando el aire fresco y sintiendo el bienvenido frío en el rostro. Los niños ya están en el hielo  haciendo su patinaje de calentamiento. Danton no está a la vista. Cuando comprobé con Bill esta mañana, me contó que Danton aún está de baja hasta que la queja contra él se resuelva. No le pregunté por qué mi “caso” se resolvió primero. Simplemente estoy agradecido de que así fuese.

Los jugadores me ven mientras me acerco a la pista. Varios de los chicos saludan con la mano, unos cuantos gritan ¡Bienvenido de vuelta, entrenador Malik! Pero sólo uno se dirige hacia mí. Es Dunlop, que se quita el casco cuando se detiene.

—¡Entrenador! —Tiene las mejillas rojas del esfuerzo. O tal vez de la alegría. Me gusta pensar que es lo segundo.

—Dunlop —le saludo con una gran sonrisa y un golpecito en el hombro. Luego lo suelto inmediatamente.

Probablemente voy a prestar un poco de demasiada atención a la forma en que el equipo interactúa conmigo durante un tiempo. Liam dice que hay uno en toda multitud que no puede dejar pasar su sexualidad y es simplemente la forma en que es—. Los he extrañado, chicos —le aseguro a Dunlop.

—También le eché de menos. —Suena incómodo y se sonroja—. ¿Se encuentra bien?

—De maravilla —le aseguro—. Pero un consejo, nunca tengas neumonía.

Se ríe. —Intentaré recordarlo.

Salto el muro y patino alrededor haciendo unos cuantos círculos rápidos. Joder, es tan bueno estar de vuelta en el hielo. Le hago un gesto con la cabeza a Dunlop para que me siga y nos deslizamos hasta la red. Mi arquero deja su casco sobre ella, aún sonriendo de manera ridícula.

—¿Vio nuestro récord?

—Mald... —rápidamente me corrijo—. Vaya si lo hice. Cuatro partidos seguidos ganando, ¿eh? Lo están haciendo genial. Lo estás haciendo genial.

Aparta la mirada, pero no antes de que vea el destello de satisfacción en sus ojos. —Dos paradas —comenta con timidez—. Y sólo dejé pasar un gol en el partido anterior.

—Lo sé. Estoy orgulloso de ti. —A pesar de mi auténtica felicidad de que el equipo esté de nuevo en marcha, no puedo luchar contra esa molesta inseguridad. Quiero decir, no les viste ganando cuatro partidos seguidos cuando yo estaba por aquí—. Parece que el entrenador Gilles te enseñó nuevos trucos —digo a la ligera.

Dunlop frunce el ceño. —¿Lo hizo?

—Vi algunos de los partidos. Tu confianza se disparó desde que me marché. —Ahora yo me estoy sintiendo extraño. Maldita sea, ¿por qué estoy poniendo mis inseguridades a los pies de este pobre chico?

Me da otra mirada divertida. —¿Cree que lo estoy haciendo mejor porque se marchó? Eso es una tontería,  entrenador. ¿Sabe qué pasó cuando se puso enfermo?

Es mi turno de fruncir el ceño. —Todos estábamos realmente preocupados —murmura, mirándose los patines—. Y fue como, mierda, tengo que recomponerme porque el entrenador Malik no necesita algo más por lo que preocuparse. Ya sabe, nosotros perdiendo todo el tiempo. —Se vuelve a sonrojar—. Pensé que si ganábamos, tal vez se recuperaría más rápido.

╚ ≪ • 𝓾 𝓼  ❈ 𝐙 𝐈 𝐀 𝐌 • ≫ ╝ #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora