chapter: three

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Liam



*


No estoy allí para saludar a Zayn cuando regresa de Montreal el domingo, ya estoy embarcando un vuelo a Chicago para otro partido fuera de casa. Lo bueno es que, después de éste, estamos de cara a una semana de partidos en casa. Una bendita semana de dormir en mi propia cama. Una semana con Zayn. No puedo jodidamente esperar.

Mi abrigo va al compartimiento de arriba y mis auriculares dentro de mis oídos, pero antes que me siente Forsberg grita desde el asiento detrás de mí: —¡Chicos, es la camisa gay! ¡La lleva de nuevo!

Hago una pausa y le doy un guiño cursi.  —La uso para ti, lindura. Porque te gusto tanto la última vez.

Forsberg lanza una servilleta arrugada hacia mí y la esquivo al dejarme caer en mi asiento. Por supuesto, la verdadera razón por la que estoy usando esta camisa es que no lave la ropa y estaba apoyada sobre una silla sin arrugas. Y que es una camisa increíble. Maldito Forsberg. Me pongo cómodo, cerrando los ojos e inclinando mi asiento mientras mentalmente me preparo para este importante partido contra los líderes de la liga. La mayoría de mis compañeros de equipo están haciendo lo mismo. Cuando siento el asiento de al lado hundirse bajo el culo de alguien, supongo que es Lemming, porque él y yo a menudo nos sentamos juntos en los vuelos y el autobús. Lemming, un pelirrojo con su propia manera de ver la vida, criado en Boston, también. Pero cuando abro los ojos, es Blake sentado allí, sonriéndome. Es evidente que mi nuevo vecino ha hecho de su misión en la vida hacerse mi amigo, porque tira los audífonos de mis oídos.

—Amigo —se queja—. Estoy aburrido. Háblame.

Reprimo un gemido de los míos. Ni siquiera hemos comenzado nuestro vuelo de dos horas. Esa vieja canción de Nirvana me viene de repente a la mente y trato de recordar la letra... Aquí estamos ahora, entretennos. Eso es básicamente Blake Riley. Estoy aquí y es tu deber entretenerme. Y sin embargo no puedo obligarme a que no me guste el tipo. Es gracioso. Dado que obviamente, no llegaría a ninguna parte, desconecto mi iPod y le doy el gusto.

—¿Has oído algo más sobre Hankersen? ¿Si lo están poniendo o no en IR? —Hankersen es la estrella delantero de Chicago y hasta ahora en esta temporada ha anotado al menos un gol por partido. Es la mayor amenaza para nosotros en el hielo, por lo que si no está jugando esta noche, eso sin duda elevara nuestras posibilidades de vencer a los invictos Hawks.

—No hay noticias todavía —responde Blake. Desliza un dedo por encima de su teléfono y se detiene en una aplicación de deportes, manteniendo la pantalla hacia mí —. He estado revisando constantemente.

—Bueno, si él está jugando, con suerte nuestra defensa pueda encontrar una manera de derribarlo.

Es poco probable, pero un hombre puede soñar. —¿Que hace tu compañero de apartamento este fin de semana?

La pregunta me sorprende. —¿Qué?

—Z-Bomb —aclara Blake—. Su equipo junior tenía un torneo o algo así, ¿no?

—Ah, correcto. —Todavía me pone muy incómodo hablar de Zayn con mis compañeros de equipo. Pero ahora que Blake en realidad ha pasado el rato con nosotros, sería aún más sospechoso si cerrara la boca cada vez que el nombre de Zayn aparece—. Ganaron uno, perdieron dos. El equipo no está haciéndolo muy bien esta temporada — admito. Y sé que molesta a Zayn. Mucho. El hecho de que él eligió entrenar en lugar de convertirse en profesional no quiere decir que no sea competitivo. Lo mata que sus chicos no estén viendo ningún éxito esta temporada.

—Esto apesta —dice Blake con simpatía—. Especialmente cuando eres el entrenador. Todo lo que puedes hacer es permanecer allí en la banca y observar. Si fuera yo, estaría todo, “¡Póngame en el juego, el entrenador! ¡A mí! ¡Puedo ganar esto para nosotros!”.

╚ ≪ • 𝓾 𝓼  ❈ 𝐙 𝐈 𝐀 𝐌 • ≫ ╝ #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora