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Los ojos de Hyuna se abrieron, cuando el hechizo que había lanzado, la despertó. Se incorporó y echó un vistazo a las formaciones rocosas, que la rodeaban. Lo tomó un momento para ubicarse, mientras miraba las paredes secas y escuchaba el sonido de alas de murciélago agitándose.

Chacón.

El bastardo la había puesto en un sueño profundo, en el momento que apareció delante del rey dragón. El complot de Panahasi para hacer que el par acoplado reconciliara sus diferencias, habían fracasado, pero su hechizo no lo hizo.

La descendencia de Diablo acababa de marcar a su pareja.

Sus labios se curvaron en una sonrisa, mientras deslizaba sus piernas fuera de la tarima, en la que Chacón la había colocado. No sólo iba a matar a su pareja, quien la había rechazado en todo momento, sino que Diablo también también aprendería lo poderosa que realmente era, cuando terminara de aniquilar a la raza dragón.

-Voy por ti...

Susurró en la oscuridad y luego se echó a reír. Iba a matar a la cría de Diablo primero, para ver sufrir al shifter dragón, antes de que terminar la miserable vida de Diablo.
También iba a matar a la molesta pareja gato del hombre y cualquiera con la que su descendencia se había apareado.

Comenzó a cantar, su cuerpo se balanceaba, mientras la caverna hacía eco de sus palabras. Electricidad pulsaba en sus venas, antes de que un Drag Jegere apareciera y luego se dejó caer sobre una rodilla, inclinándose ante ella.

Panahasi pensó que el cazador que se había ido tras de Tao, había sido el último de su especie. Una chica tenía que tener sus secretos, y el hecho de que podía llamar a un Drage Jegere de la nada, era uno de ellos.

Después de que terminara de matar hasta el último dragón, iba a ir tras Chacón. Lo mantendría para el final, porque sería el que iba a sufrir más.

Por siempre mío <Chanbaek>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora