Capítulo 6.

1K 84 13
                                    

6. La cena

Un cálido atardecer bañaba las aguas del océano, aproximando el crepúsculo del anochecer para los pasajeros que rondaban los pasillos de la cubierta en una tranquila caminata.

En la cubierta llegando a la proa, Harry y Draco veían el horizonte mientras Harry le contaba sus aventuras por todo el mundo, como su trabajo en los muelles de Santa Mónica. Y Draco solo estaba atento a cada oración con admiración. Pero el brillo de sus ojos decayó inoportunamente, confundiendo a Harry al desconocer el repentino cambio de actitud.

- ¿Qué sucede?- cuestionó preocupado.

- ¿Por qué no puedo ser como tú?- redacto él de ojos plata, Harry alzo una ceja-. Solo dirigirme al horizonte cada vez que lo desee. Sin importar que clase de persona seas- dijo vehemente. Dio un corto suspiro, para regresar con una ligera sonrisa y un brillo alucinante-. Di que iremos algún día a ese muelle que mencionaste, aunque hablemos solo de ello.

- No, iremos.- dijo confiado-. Beberemos cerveza barata. Montaremos la montaña rusa hasta vomitar.- indicó alegre-. Y montaremos caballos en la playa... Pero debes hacerlo como un verdadero vaquero, sin silla- Advirtió.

- Quieres decir ¿Una pierna de cada lado?- el moreno asintió con una sonrisa-. ¿Podrías enseñarme?

- Claro.

- Entonces enséñame a montar como hombre- decir aquello le daba un toque irónico por ser del mismo género.

- Y mascar tabaco como un hombre- Harry le siguió la corriente.

- Y a escupir como hombre- carcajeo al no resistir más la conversación jocosa.

- ¿No lo aprendiste en la escuela de modales?

- No...

- Entonces te enseñaré, vamos- lo tomo de la mano y lo jalo para que lo siguiera hacia la borda.

- ¡No! ¡Harry!... ¡Espera..!- el artista no lo dejo irse, y lo llevo cerca de la borda donde podía enseñarle.

Harry exhaló fuertemente formando una flema en la garganta y escupirlo al mar a un metro de ellos. Draco hizo un mueca de asco diciéndole a Harry que era lo más asqueroso que había visto.

- Es tu turno- desafío el azabache.

En un intento discreto, Draco escupió una pizca de saliva muy enervante. Harry comentó que era lo más deprimente que había visto en una escupida.

- Tienes que gargajear con más fuerza. Usa los brazos y arquea el cuello- realizó la práctica y escupió.

Nuevamente el burgués elaboró los pasos y escupió más lejos.

- Estuvo mejor, tienes que practicar. Gargajear es la respuesta- lo iba a volver a hacer cuando Draco lo golpeó en el brazo dejando la flema atorada en su garganta.

Al girar, Harry vio a una mujer con facciones definidas y pulcras, mirándolo con desprecio acompañada de tres mujeres. Trago duro atisbando entre Draco y la mujer.

- Madre- dijo Draco con titubeó. Se acercó a ella-. Quería presentarte a Harry Potter.

El nombrado asintió con la cabeza en forma de saludo.

- Encantada, por supuesto- le manera en que lo dijo, resaltaba el menosprecio que sentía al ver la presentación de Harry. Miro a Draco comiéndolo con la mirada en desaprobación por estar con un hombre de tercera.

Minerva, le señalo a Harry la barbilla donde esté tenía algo de saliva. Harry se lo quito rápidamente agradecido.

[«Las otras mostraban curiosidad por el hombre que me salvó... pero mi madre lo veía como un insecto, un insecto peligroso que debía ser aplastado.»]

TITANICDonde viven las historias. Descúbrelo ahora