Capítulo 9

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9. El dibujo

Una bella puesta de sol resaltaba el agua mientras el barco se movía a gran velocidad. En la punta del barco, aspirando el humo del cigarro hasta dejar la colilla caer hacia al mar, estaba Harry. Recargado sobre el barandal con la vista perdida, sintiéndose tan miserable que el cigarro no lograba relajarlo. Aventó los restos con frustración con la idea de ir a su habitación y quedarse ahí por el resto del viaje. Pero su plan se iría volando con la llegada de una persona especial.

Harry sintió su presencia y giro para decirle que se largará, pero tan solo de fijar su ojos hacia aquellos ojos grises, quedo estático como una piedra, totalmente asombrado al ver a Draco parado frente a él. Trago seco, y dentro de él, su pecho volvía a encenderse al ver una sonrisa en los fino y delicados labios del rubio.

– Hola Harry- su dulce voz, tan cálida y hermosa, se mezclaron con las brisas del mar–. Cambie de opinión- Harry sin darse cuenta comenzó a sonreír por la felicidad que estaba experimentando y observo al chico que ama acercarse a pasos cortos-. Me dijeron que te encontraría aquí...

Harry le señaló que no hablara. Y le extendió la mano para que la tomara como muestra de confianza, el cual,  Draco acepto sin meditarlo un segundo.
Tomo su mano, dejando que las manos de Harry lo guiarán al frente. Harry lo sostuvo por la cintura, hablándole en el oído.

- Cierra tus ojos- Draco sin dudarlo lo hizo, confiando plenamente en Harry. Lo subió a una de las barandillas aún sujetado por la cintura-. Sostente de la barandilla. ¿Confías en mí?

- Confío en ti.

No era necesario relatar con palabras lo que estaba por suceder. Harry subió con él y tomó sus brazos para luego extenderlos a los lados como un ave. La brisa contra sus cuerpos, la puesta de sol, y el latido de sus corazones convertían esa escena, una maravillosa obra de arte a simple vista. Aún con los ojos cerrados, Draco sentía un hormigueo por todo el cuerpo solo con escuchar el mar debajo de él.

Harry posicionó su barbilla en su hombro y le susurro:

– Abre los ojos.

Rápidamente abrió los ojos pegado por fuerte rayo de sol que lentamente se dispersó mostrando un increíble paisaje entre el mar y el cielo. Draco quedo impresionado, creyendo por unos segundo que sus pies se despegaban del navío.

– Es como si...

–Volaras– continúo Harry.

Draco asintió con una inmensa alegría. Volteo para ver a Harry, quien aún se mantenía en su hombro, fue el momento donde sus miradas volvían a conectarse, pero está vez ninguno de las dos quería alejarse, sino sentir el tacto del contrario por primera vez.

Suavemente ambos acercaron sus rostros y dejaron que los labios ajenos se unieran en un beso tímido, y paulatinamente, se volvía más profundo y placentero. Draco detecto el sabor a tabaco retenido en la boca de Harry, por supuesto, no lo impulsaba a alejarse, sino a dejar que Harry controlará al beso, era la sensación más placentera de su vida para ambos jóvenes. Y el momento más maravilloso, donde el sol se escondía por el mar hasta dejar su última resplandor en el Titanic.
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– Fue la última vez que el Titanic vio la luz del Sol– dijo Draco viendo el monitor y volver a los presentes quienes con indignación mostraban unas caras mal vistas.

– Es increíble. El capitán Albus tiene una alerta de iceberg en sus malditas manos y ordena más velocidad.

– Tantos años en altamar lo subestimaron. Pensó que un barco tan grande sería suficiente para esquivarlo, pero era un barco muy grande con un timón muy pequeño– dijo Brock con más calma que el que tenía su compañero, girando a ver por unos segundos a Eridan con impulso, volviendo a relatar—. No giraba con mucha precisión, y todo lo que sabía era un error.

TITANICDonde viven las historias. Descúbrelo ahora