JungKook un imbécil tatuado, JiMin un tierno chico, amante del rosa y las leches de fresa.
Un chico rudo, lleno de piercings y tatuajes. Enamorado del pequeño chico que usa ropa color pastel e irradia ternura.
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—JiMin, ¿estás bien? — Preguntó Hoseok poniendo una mano sobre su hombro y dejándole unas caricias. El pelirrubio se encontraba extrañamente callado, cada vez que le llamaba estaba perdido y en su propio mundo, no sonreía y a la hora del receso ¡no quiso comprar su característica leche de fresa!, a pesar de que Hoseok como buen amigo igualmente fue y le compro, ¡aún no la tomó! Algo raro estaba pasando.
—Todo bien, ¿por qué pregunta, hyung? — Le dedicó una falsa sonrisa.
No, las cosas no estaban bien.
En la entrada se encontró con Baekhyun, éste le pidió unos minutos para hablar y con amabilidad JiMin aceptó, creía que solamente quería entablar una conversación, pero todo lo contrario.
"– ¿Piensas que JungKook dejó de amarme? Oh dios, JiMin, mírame y mírate, eres gordo, tienes una tonta actitud infantil e inmadura, tu risa se escucha hasta en la China, y tus dientes son...simplemente asquerosos ¿sigues creyendo que él te quiere? Yo estuve en una relación con él y créeme que lo conozco. Aléjate de JungKook, Park JiMin."
JiMin se sintió devastado, él ya sabía que era muy poca cosa al lado del mayor, sabía que él merecía a alguien mejor, alguien sin complejo de niño de 5 años. Rayos sí. Sabía que era un gordo, que era horrible y que era un inútil, había noches que lloraba hasta dormirse por esas cosas. Baekhyun era todo lo contrario, tenía un cuerpo perfecto, con una sonrisa perfecta y una cara perfecta.
Luego de eso JiMin corrió hasta los baños, se encerró y comenzó a llorar, llorar y llorar.
Por primera vez, estaba dudando de todo. No era como antes, antes no se molestaba que le dijeran que JungKook no le amaba o que lo iba a botar ya que eran personas que no lo conocían, que ni siquiera se habían tomado el tiempo para hablar con el mayor, pero, ahora era distinto, era su ex.
Sintió sus ojos picar, por lo que parpadeó varias veces.
— ¿Qué pasó? — Insistió Hoseok, ahora caminando hasta la salida.
—Y-yo...
— ¡JiMin! — Gritó una voz que ambos conocían.
No quería ver al peli-negro, no quería. Se dio media vuelta y comenzó a caminar con rapidez.
(🍨)
Fin
Muchas gracias por todo, por leerme y por estar chingue y chingue con los laiks 😔✊
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