JungKook un imbécil tatuado, JiMin un tierno chico, amante del rosa y las leches de fresa.
Un chico rudo, lleno de piercings y tatuajes. Enamorado del pequeño chico que usa ropa color pastel e irradia ternura.
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— ¡¿Sabes qué?! ¡Vete a la mierda! — Gritó, para luego colgar y lanzar el móvil lejos. JiMin tembló, nunca antes había visto a su novio tan enfadado.
Se bajó del taburete y se acercó al mayor.
—Me dijo que no quería hablar conmigo... Dijo que soy una vergüenza y que le produzco asco.
El mayor se sentó en el sofá, y sin poder aguantar más las lágrimas, comenzó a llorar. Le dolía, pensaba que no iba a doler tanto, pensaba que su madre iba a querer hablar y arreglar las cosas con él, pero no, solamente le dijo cosas muy hirientes. Un sollozo escapó de sus labios, por lo que tapó su rostro con sus manos.
—JungKook... — Habló JiMin, le abrazó con fuerza. Era la primera vez que veía a JungKook así, tan roto, tan dolido, tan lastimado, como un niño.
JungKook le correspondió el abrazo, apretándole con fuerza, haciendo que tenga que sentarse en sus piernas para tener más cercanía.
—No me dejes... P-por favor. — Sollozó en su oído.
JiMin sintió como un nudo se formaba en su garganta, abrazó con fuerza el cuerpo del mayor. Se separó un poco para poder mirarlo a los ojos. Unas pequeñas lágrimas se le escaparon al ver la triste mirada que esos ojos tenían, por lo que le tomó por ambas mejillas, acunando su rostro.
—Nunca, JungKookie. — Le besó, tranquilizando al mayor. — Nunca te dejaré.
Más lágrimas recorrieron las mejillas de JungKook, sintiéndose cálido. Bajó la mirada, un poco avergonzado porque JiMin le viera así. Ocultó su rostro en el pecho del menor.
—Te amo tanto, JiMin.
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— ¿Qué te parece éste?
—Me gustaría, pero en negro.
Ese día, habían decidido ir de compras, para poder despejarse y relajarse un poco. A pesar de que JungKook fue el de la idea, aun se le notaba decaído.
— ¿Te gusta esta? — Le preguntó JungKook, enseñándole una playera blanca con un gatito en el centro. Rápidamente asintió.
— ¿Jeon JungKook?
El nombrado se volteó, abriendo los ojos sorprendido al ver a la persona frente a él.
— ¿Dahyun?
La chica sonrió y rápidamente abrazó al mayor, tomándole por sorpresa.
— ¿Cómo has estado? — Preguntó ella, mirándole de arriba a abajo. — Cuanto has crecido, JungKookie.
JiMin no pudo evitar fruncir el ceño y acercarse a su pareja.
JungKook se rascó la nuca, se le hacía extraño que otra persona además de su pequeño le llamara así.
