FINAL

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—Amor.

El menor dejó de observar el paisaje del atardecer por la ventana para observar a su pareja, el mismo le observaba con una sonrisa y con un brillo en sus ojos.

— ¿Qué sucede? — Dijo, acercando su mano a la de JungKook y entrelazando sus dedos.

El azabache acarició los nudillos del ahora peli-rosa, para luego acercarla a su altura y plantarle un pequeño beso en el dorso, causando que las mejillas de JiMin se tiñeran de un suave color rosado y que su corazón bombeara cada vez con más rapidez.

— ¿Estas bien? Estuviste callado todo el viaje y mirando por la ventana. —Preguntó, dedicándole una preocupada mirada.

JiMin negó con la cabeza, para luego dedicarle una sonrisa para que se tranquilizara.

—Estoy bien, no te preocupes. — Respondió seguro.

JungKook asintió, compartiendo la misma opinión que su amado novio. Aun sosteniendo su mano, se puso un auricular, le dio play a la música y cerró los ojos.

JiMin le observó por unos segundos, admirando sus hermosas facciones. A pesar de todo, JungKook aún mantenía su figura, más guapo y apuesto que la primera vez que le vio, con su cuerpo buen formado y tonificado, con unos marcados abdominales y unos brazos de infarto, dándole un aspecto sexy. Su cabello oscuro y un único piercing, después de tantos en su rostro, en su labio inferior.

Y por alguna razón, comenzó a recordar en su pasado y a sentir como la nostalgia le invadía.

JungKook siempre tuvo una chispa, a diferencia de él.

Siempre brillaba, llamaba la atención por donde pasaba, ganándose las miradas de varias personas. Podía ser su llamativa manera de vestir, su atractivo, sus perforaciones, o lo que sea. Aún ahora seguía siendo así, pero siendo uno de los Idols más populares de Corea.

Su carrera había ido en aumento demasiado rápido, y todo porque: 1- Era jodidamente atractivo, 2- Tenía una voz de los mismos dioses, 3- Estaba comprometido con un hombre. Y sí, se habían hecho virales por ese último punto.

Fue una mañana, cuando JungKook tuvo una entrevista en una radio. Solamente para hablar sobre su último mini-álbum, pero el entrevistador se dio cuenta que el azabache tenía un llamativo anillo de oro en su anular, y claramente tuvo que preguntar quién era la afortunada. Seguramente ni él ni los oyentes se esperaban un "Bueno, no es un "ella" sino un "él", mi querido novio, aunque... ¿debería decir futuro esposo?".

Y sí, llamaron mucho la atención, recibiendo mucho odio, pero también mucho apoyo. A pesar de todo, JungKook, nunca dejó de producir música y seguir adelante con su carrera, a pesar del peso de la prensa y las críticas tras su espalda.

¿Y JiMin? Al principio le sorprendió y asustó mucho que de un día para otro miles y miles de personas hablarán de él, pero tener el apoyo de su familia, su pareja y sus amigos hacían que no se haga pesado y no sufriera un ataque.

Ahora, él también se había metido en la industria de la música. Con una carrera de solista en progreso bajo el nombre de "Diminie" y también compartiendo escenario junto a su prometido. Todo producto a que JungKook le había escuchado cantar una mañana, para luego abrazarle por la espalda y decirle que tiene una voz de los mismos ángeles.

JungKook lo apoyó muchísimo, dándole ánimos para subirse a un escenario y cantar. No sentir pena ni vergüenza, ni darle importancia a los malos comentarios que solamente buscaban herirle.

JiMin a veces pensaba que no merecía a alguien como JungKook, una persona bondadosa, llena de amor y buena, sin esperar nada a cambio. Era un sol, su sol.

¡JungKookie! 사랑 "Kookmin"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora