Tom Holland solía ser tu amigo. Fue tu primer amor, tu primer beso y el primero en romperte el corazón cuando las cosas empezaron a desmoronarse. Tres años después los dos seguís viviendo al lado. ¿Qué pasa cuando Tom te ve volver a casa con los oj...
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Pero al final, todos se alejan.// Incluso aquellos que prometieron quedarse.
Tom estuvo sentado en la colina durante otra hora, ¿recuperando la sobriedad? antes de arrastrarse a casa y tirarse en la cama. La siguiente cosa que supo es que se levantó con el sonido de su teléfono vibrando. Era Harrison diciéndole que iba de camino a su casa.
El chico rubio quería saber sobre el camino de vuelta a casa de Tom y sobre el resto de la noche. Lo que no sabía aún, era que la noche no había ido como él se la había imaginado. Había deseado que los dos hubierais hablado de lo que había pasado y quizás dar el primer paso para resucitar el icónico dúo que una vez fuisteis. Harrison había visto que aún había algo entre los dos y no podía esperar para preguntarle a Tom que había pasado hacía unas semanas, porque claramente no le había contado todo.
Tom acababa de salir de la ducha cuando el chico llegó a la casa de los Holland. Harrison se preparó un vaso de agua antes de ir a la habitación de su amigo, sentándose en el sofá de su amigo.
-¿Y bieeeeen?- Harrison sonrió a Tom.
-¿Qué?- El moreno gruñó. Sabía lo que su mejor amigo quería oír, pero también sabía que no quería hablar de lo que había pasado hacía unas horas.
-¿Como fue anoche?
-Bien- Tom dijo con los dientes apretados mientras alarmas resonaban en la cabeza de Harrison.
-Oh, no, ¿qué has hecho Thomas?- El chico rubio gruñó, casi saltando del sofá en el proceso. ¿La había cagado Tom otra vez?
-Nada, solo hablamos y luego simplemente le pregunté por qué los dos nunca empezasteis a salir aunque sintierais algo el uno por el otro y después explotó por todo lo que había pasado y sí, eso es más o menos todo- Tom se encogió de hombros mientras Harrison se ponía de pie, girando su cabeza a su mejor amigo que estaba sentado en el otro lado del sofá.
-Te doy treinta segundos para correr antes de que estampe tu estúpida puta cabeza contra el puto suelo- Harrison gruñó. No podía creer lo que Tom le acababa de contar y menos aún que Tom se las hubiese apañado para joderlo todo otra vez. ¿Cómo demonios podía Tom pensar que sentías algo por Harrison?
-¿Qué hago ahora?- Tom aún no tenía ni idea de por qué Harrison se había enfadado, para Tom no había razón alguna para que estuviese tan enfadado con él.
-Ella. Nunca. Estuvo. Enamorada. De. Mí- Dijo Harrison, pegando con cada palabra en la parte trasera de la cabeza de su amigo.
-¿Te puedes ir a la mierda tío?- Tom se frotó el punto hinchado de su cabeza.
-No, porque eres tan jodidamente estúpido que no puedo creer que te graduaras de primaria-Harrison gruñó, sentándose de nuevo en el sofá. No podía evitar sacudirle la cabeza al chico al que llamaba mejor amigo.
