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— Es extraño, desde el día del accidente me han llegado un montón de mensajes con cosas realmente cursis. — Lo miré confundido posicionándome a su lado. — Mira, son de un número desconocido.

"Siempre me gustó ver las estrellas brillar en el cielo azul de tu mirada.
Era como admirar el cuadro más hermoso jamás pintado, como ver la creación de Dios más perfecta  jamás inventada.

Porque nuestras almas bailan en  un ballet lleno de amores y desamorios, que ni siquiera DaVinci fue capaz de pintar.

— Tu enamorado. "

"Deberías bloquearlo, puede que sea un acosador o algo por el estilo." Lo miré severo devolviendo el celular que tenía entre mis manos. 

— Pero ¿No crees que es romántico? — Suspiró como enamorado.

Romántico mis polainas.

De seguro Jeongguk lo había copiado de una página de amor en Internet y lo había pegado. Demás que ese pollo que tiene en vez de un cerebro, apenas sabía funcionar correctamente como para crear algo así.

—  Pero sigue siendo romántico, YoonGi.

"Que un acosador sea romántico, no deja de ser acosador." Rodé los ojos y miré hacia donde se encontraba Jeongguk jugando con un lápiz en la boca.

— ¿Quién crees que sea? Ojalá que sea Lisa de la clase 4. — Suspiró otra vez
— Ella es bonita. — apoyó su cara en su mano mientras veía como el profesor hablaba sobre algo de la física cuántica y el mundo paralelo.

Suspiré por segunda vez en el día y me dediqué a prestar atención a lo que el profesor girafales decía. Incluso cuando no podía dejar pensar en el hecho de que Jeongguk se había empeñado en mandarle mensajes a Hoseok cuando apenas recibió el número telefónico.

¿Por qué no solo le pedía el número y ya? No tenía por qué hacer un show para conseguir el teléfono de Hoseok.  No tenía por qué involucrarme en ese estúpido show para hacerlo, después de todo con una sonrisa suya conseguía todo lo que quería.

Maldito Jeongguk y su maldita sonrisa.

— Pstt....— Una extraño sonido como el de una sartén, me llamó la atención. Me di vuelta hacia donde estaba ese irritante sonido y me encontré con un pelinegro mirándome.   — Léelo. — Me lanzó un pequeño papel, el cual agarré con audacia.

"¿Cual es el looker de Hoseok?"  Fruncí el ceño leyendo la nota y escribí.

"No tengo por qué decirte cuál es, no hablaré sobre ese tema" Terminé de escribir y se lo lancé de vuelta. Lo abrió con desesperación, juntó sus cejas en una mueca y lo vi rodar los ojos para después mirarme con desgane. Levantó el lápiz que estaba en su mesa, escribió unos segundos y me lanzó el papel de vuelta junto a una sonrisa socarrona.

"Tampoco es como que hablaras mucho" Arrugué el papel con enojo y lo guardé en mi mochila para botarlo mas tarde.

Era un puerco, pero un puerco decente.

Cuando el timbre sonó indicando que las clases terminaban. Mi corazón se aceleró cuando apenas realicé que hoy sería la gran cita con Jaebum. No iba mentir, me sentía igual de emocionado que una quinceañera.

Agarré mis cosas con rapidez despidiéndome de Hoseok, corriendo hasta el baño para arreglarme un poco. Cuando llegué al baño me arreglé mi cabello, que últimamente estaba más ondulado de lo normal. Apliqué un poco de brillo labial sabor fresa en mis labios y salí del baño emocionado caminando hasta la enfermería.

MUTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora