MUTE

10 - J

ES IMPORTANTE QUE LEAN LA NOTA DEL FINAL. NO LA IGNOREN :(

Me alejé abriendo mis ojos con sorpresa. La cálida sensación de sus labios sobre los míos seguía en mi. Mi cara se volvió un desastre de colores. Llevé mi mano a mi boca tocando mis belfos con asombro, como si ya no estuvieran ahí. Levanté la mirada para observar como Jeongguk seguía con los ojos cerrados, solo que ahora no me besaba, sino que se encontraba relajando su respiración, y de alguna manera eso me causó más vergüenza.

Una pequeña imagen en mi cabeza paso como un recuerdo fugaz, un deja Vu de algo que ya había vivido antes y una felicidad irrazonable lleno mi estómago.

Jeongguk abrió sus ojos mirándome, sacándome del momento en sueño e inspeccionó mi respuesta y suspiró. Se levantó de su lugar colocando sus brazos en forma de taza y suspiró en tristeza.

— Antes de que empieces a hablar en mayúsculas, escúchame... Estas en todo tu derecho a estar enojado, realmente lo hice sin tu consentimiento, pero realmente quiero que sepas que...— Se quedó unos minutos analizando lo que iba a decir pero una mueca lo delató. — Mejor no ¡Iré a cambiarme de ropa! — Tomó a Chocapic entre sus brazos y salió de la habitación apurado, traté de levantarme para perseguirle pero me detuve al sentir el dolor de mi abdomen.

Jeongguk me había robado mi primer beso, ¡Se supone que eso debía hacerlo Jaebum, no él! Había engañado a Jae, no me lo podía permitir y lo peor es de todo es que ¡Sus labios eran cálidos!

— ¿Por qué sonríes? — Young Jae apareció en mi habitación con un gran colchón entre sus brazos. Negué con la cabeza mirándolo furtivo, yo no sonreía. Estaba enojado, era imposible que estuviera sonriendo y si lo hacía, era una sonrisa llena de rabia.

"No estoy sonriendo, idiota ¿Quién lo está haciendo? Tú estás sonriendo" Respondí rápidamente, viendo cómo Youngjae entrecerraban los ojos tratando de captar todo lo que decía. Solté un sonido con el viento chocando contra mis dientes y rodé los ojos con enojo.

¿Cómo vería a Jaebum sin sentir vergüenza? Lo había engañado –sentía que era así, aunque no tengamos una relación– y lo peor de todo es que había sido con su hermano, con el que solo había conocido hace algunos meses.

Tomé la libreta que Jeongguk me había regalado y la miré fijamente. Todo por eso, todo porque me había sobrepasado demostrando mi emoción, pero es que me había sentido feliz. Si había algo que siempre me había gustado, eran las libretas y que Jeongguk se molestara en hacerme una, era algo realmente significativo, e incluso había pensado que quizás debía abrirme a él para una posible amistad, pero él lo había arruinado besándome.

¿Por qué lo había hecho? No tenía razón alguna para hacerlo.

— ¿Qué le pasa? — La voz de Jaebum habló sacándome de mis pensamientos. No lo quise mirar, me sentía avergonzado.