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— Boca, yo te amo — Cantaba mi hermano mientras pasaba la escoba barriendo la mugre del piso. Sus audífonos negros se encontraban sonando a todo volumen en sus oídos, sin importarle como yo lo juzgaba con la mirada. Me encontraba sentado en el sofá de la sala de estar, arreglado de pies a cabeza, esperando a que Hoseok llegara en mi búsqueda.

Miré mi celular para leer la noticia sobre el divorcio de Liam Hemsworth y Miley Cyrus. Me hice el sorprendido, Hannah Montana lo había previsto ya, no era ninguna novedad así que solo me limité a hacer una mueca al leer el informe de su ruptura, recalcándome mentalmente una vez más que el amor verdadero no existía. Todas esas historias de amor, no eran nada más que un producto de marketing para las grandes empresas.

El capitalismo y su afán de arruinar la sociedad vendiendo nos historias barras y poco efectivas. Nunca  sucedería que chocarías con el chico popular y él resultaba que te salvaba la vida, para luego vivir una peligrosa historia de amor sobre vampiros y hombres lobos.

— ¡Este mundo es maravilloso! — Youngjae se quitó sus audífonos y se acercó a mí emocionado. Lo observé con desdén y traté de molestarlo con mi mirada. — ¿Y sabes quién creó el mundo? ¡El Diego papá! — Alzó sus puños y comenzó a barrer de nuevo. — ¡Boca lo más grande! — Se golpeó el pecho con fuerza.

Seguro no soy el único que pensaba que el fútbol volvía estúpida a la gente. Y pobre de mi hermano, si antes tenía un pollo como cerebro, ahora tenía un huevo de codorniz seguramente.

Fútbol fútbol fútbol siempre fútbol.

El sonido de la puerta me obligó a levantarme de mi lugar, ignorando el hecho de que mi hermano bailaba con la escoba de manera provocativa. A veces parecía que yo era el mayor de la casa.

— ¡Nos vamos! — Me cogió de la mano y salimos de mi casa no sin antes tratar de despedirnos de el idiota de mi hermano, pero este se encontraba demasiado concentrado en lo que sea que se encontraba escuchando. Alcé mi vista y gracias a la luz de la tarde pude deslumbrar la apariencia de Hoseok por primera vez.

Se veía despampanante, su cabello rojo brillaba como una gran esfera de calor. Este le caía en cascada por su frente en pequeñas ondulaciones. Llevaba una polera negra que acentuaba su buen cuerpo, digno de un Adonis y llevaba unos pantalones ajustados al final que le daba la apariencia de tener piernas más largas. Unas bonitas cadenas adornaban sus pantalones, junto a otra cadena que se encontraba en su cuello con un dije de una piedra preciosa.

Hoseok se veía simplemente despampanante. Aunque siempre lo hacía, Hobi y la palabra estilo iban de la mano como dos personas enamoradas.

— WOW, creo que te has esmerado. — Hoseok sonrió echándome una mirada de pies a cabeza. Se mordió el labio y me guiñó un ojo, adoptando una actitud depredadora. — Si no fuera porque soy heterosexual y tu amigo, me habría enganchado contigo esta noche. No homo por supuesto.

Rodé los ojos.

Esta noche sería extremadamente larga.

No tardamos mucho hasta llegar a la fiesta de Tae-Ha, ya que, la música se lograba escuchar desde comienzos de la calle, haciéndome sentir mal por sus pobre vecinos que tenían que sufrir por no dormir debido a la música. Nadie dormiría con Daddy Yankee a todo volumen, y no porque estuviera fuerte, sino porque era inevitable bailarla hasta el final.

Hoseok me agarró de la mano ayudándome a pasar entre la gente. La vibración de la música se podía sentir en todo nuestro cuerpo, cosa que agradecí porque sabía que Hoseok podría al menor disfrutar un poco. Entramos hasta llegar a la parte principal y mi vista recorrió cada sitio en el momento en que Daddy Yankee Comenzó a descender y Paloma mami subía el tono con su canción.

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