Kennet
-Solo yo quería contarte...
-¿Contarme que? Quiero saber la situación, por favor necesito saber la relación que tenías con esta mujer- suplicó mamá.
Creo que está era la peor parte que le tendría que contar, porque estaba seguro que el tener un nieto más no la enojaría, pero las circunstancias si.
-Ella no fue mi novia ni teníamos una relación- comenté con nerviosismo totalmente perceptible.
-¿O sea que esto era algo pasajero? ¿Como es que yo me entero de esto en este momento y no antes, cuando el niño aun no nacía?- preguntó.
-Yo no quería hacerme cargo de ese bebé.
Hubiese esperado de todo en cuanto a la reacción de mi madre, pero jamás me esperé recibir una cachetada de su parte. Jamás.
Mi madre nunca nos había levantado la mano cuando cometíamos errores cuando eramos niños, pero el que ella dejará mi mejilla magullada demostraba lo fuera de control que había resultado está situación. Al ver la respirando cual animal enrabiado me dio miedo.
Solo se podían escuchar jadeos de su parte.
Metí mis manos en los bolsillos de mi pantalón sin saber que hacer, por mucho que quisiera llevármelas a mi mejilla derecha para mitigar el dolor.
¿Tendría que hablar o esperar a que ella se dignara a hablarme?
-Me arrepentiré de esto muy pronto porque sabes que detesto la violencia, de eso estoy segura. Sabes todo lo que... sabes todo lo que sufrieron tus hermanos y viviste en carne propia lo que es crecer sin un padre. No sé que decirte, Kennet. Se me hace muy difícil creer que esto resulta ser como un ciclo.
-No me tome la noticia con alegría...
-No, si me di cuenta que eso no fue así- manifestó sonando irónica- ¿estás esperando solucionar esto o esperas que pase el tiempo y que tu hijo te odie tal cual tus hermanos y tú odian a su padre?
Lo que dijo me cayo como un balde de agua fría sobre mi. Estaba tratando de hacer lo posible para acercarme a mi hija, pero tal vez tendría que ir más allá porque no era suficiente y no conformarme con lo poco que había obtenido.
-Me he acercado, lo he hecho. Cada vez estoy acercándome más. Pero es difícil cuando su madre pone restricciones y no quiero que me malentiendas, se que me merezco eso, estoy totalmente de acuerdo.
Magdalena me miró por cosa de segundos antes de volver a hablar.
-Aterriza, hijo. Este puede ser el error más grande que cometas en tu vida si no intentas remendarlo.
-Lo sé. No hay día en que no me arrepienta de eso- declaré abatido. No pensé que está conversación me dejaría tal pesadumbre la cual estaba sintiendo.
-Solo quiero decirte una cosa, como me llamo Magdalena prometo que encontraré a esa mujer y a mi nieto, buscaré hasta debajo de las piedras si es necesario. Tal vez tu te conformes con tener esa clase de relación con tu hijo, pero yo no.
Magdalena
Siempre estuve orgullosa de absolutamente todos los logros de mis hijos.
Había dado todo de mi para entregárselos a ellos cuando eran niños, aun cuando eso se traducía en trabajar como esclava para que a ellos no les faltará absolutamente nada. Podía tomar hasta tres trabajos solo si mi recompensa era que al final del día, a eso de las doce de la noche, podía ver dormir a mis hijos luciendo tanta tranquilidad que me decía estar haciéndolo bien.
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El Jefe, mi mayor error.
RomanceMi jefe se intereso en mi, pero vamos, que no de una forma sentimental, más bien sexual. Mi vida por un momento fue emocionante, salía con Kennet, nos divertíamos juntos y probé cosas que jamás se me hubieran pasado por la cabeza hacer. Aún que toda...