Sara
Pase toda la noche sentada en los incómodos asientos de la sala de urgencias. Ninoska nos dejó un rato para ir a darle de comer a los niños ya que aún se alimentaban de leche materna y los biberones que tenían de reserva se habían acabado, e ignorando nuestras quejas sobre que se quedará con los niños, ella volvió.
A rato hablábamos entre nosotras, pero la verdad es que la situación nos tenía bastante mal a todas como para pensar en otra cosa que no sea en el estado de Kennet.
Me aleje un momento para llamar a mi madre y preguntarle cómo estaba y cómo había despertado Danielle.
Tardo unos segundos en contestar.
-Hola hija. ¿Cómo está todo?
-Hola mamá – suspire. -Todo está muy tenso, toda la mañana han entrado y salido doctores, y no nos han dicho nada. Pero seguimos aquí para saber, ojalá, nueva información sobre su estado.
-Es tan lamentable, espero que logren obtener más. Sobre Danielle, no te preocupes por ella, está muy bien aquí.
- ¿Cómo despertó?
-Bien, aunque un poco desorientada, creo que es porque se durmió en su casa y despertó en la mía. Estoy dándole su almuerzo.
-Muchas gracias por encargarte de ella. Regresaré a casa a más tardar por la tarde, y aunque siga sin saber nada, no puedo quedarme aquí para siempre, debo seguir.
-Claro hija, te esperamos aquí.
-Está bien mamá, nos vemos – corte la llamada.
Vi las notificaciones que tenía pendiente en mi teléfono y luego volví a los asientos.
- ¿Cómo está Cheryl y mi pequeña? – preguntó Magdalena.
-Todo bien. Danielle está almorzando ahora. Desearía quedarme a toda hora aquí, pero debo volver.
-Esto fue tan inesperado y ha puesto nuestro mundo de cabeza -suspiro Ninoska y su voz se quebró al final. Me acerqué a ella y la abracé.
-Llámenme loca, pero John amenazo a Kennet y eso me hace estar segura que fue él quien le disparó. Tiene "motivos" para querer hacerlo – agregó.
- ¿John es el padre de Kennet? – Magdalena asiente en respuesta
Me senté con Ninoska a mi lado y suspiré.
En mi cabeza, de la nada, pareció haberse encendido una ampolleta, con un recuerdo de hace meses atrás cuando un hombre dijo ser el padre de Kennet y exigirme información sobre su paradero.
¿Sería la misma persona que me había abordado en el parque? Si eso fuera así, entonces llevaba meses tratando de ponerse en contacto con él.
-Tienes razón – coincide su madre- se lo dijo cuándo armo el escándalo afuera del cumpleaños de Danielle. Es un hecho que podríamos acreditar.
- ¿Escándalo? ¿De qué hablan? – pregunté sin entender. Magdalena y Ninoska se miraron. - ¿Qué sucedió que yo no me enteré? – insistí.
ESTÁS LEYENDO
El Jefe, mi mayor error.
RomanceMi jefe se intereso en mi, pero vamos, que no de una forma sentimental, más bien sexual. Mi vida por un momento fue emocionante, salía con Kennet, nos divertíamos juntos y probé cosas que jamás se me hubieran pasado por la cabeza hacer. Aún que toda...