Sara
Un sentimiento de pánico me inundo. Tenía miedo, realmente estaba aterrada de este hombre y de lo que pudiera hacerme.
No sabía que decir, si me abstenía a decir algo él probablemente se podría enojar al no sacarme la información que él necesitaba.
-Señor, no me corresponde darle tal información, si usted quiere contactar con él y es su conocido puede ir...
-Tú no me estás entendiendo- su semblante cambio a uno más furioso. - Necesito contactarme con él, es de vida o muerte. Tengo a gente peligrosa detrás de mí.
No sabía si él era su padre realmente, ya que cualquiera podría hacerse pasar por su padre para sacarle algo de dinero. Sabía que las celebridades tenían ese tipo de altercados, tener tanto dinero de sobra que llamaba a personas interesadas a aprovecharse de él. Kennet no era una celebridad, pero era alguien quien era conocido por la enorme fortuna que había formado, convirtiéndose en uno de los hombres más jóvenes en acumular bastante capital con su empresa. Y eso me daba a pensar que esta persona podría ser una interesada en los bienes de Kennet.
En el caso de que lo fuera, sabía que la relación entre Kennet y su padre nunca había sido buena, y tampoco tuvieron tiempo para fortalecer su lazo ya que su padre lo abandonó cuando Kennet tenía diez años.
Quizá en que lío me podía involucrar, porque al verlo tan desesperado tal vez la situación en el que él estaba involucrado si era peligrosa.
Sin analizarlo mucho, tome mi teléfono y simule buscar el número telefónico de Kennet, para dictar un número que no tenía coincidencia con el de su "hijo". Solo esperaba que no lo llamará ahora y se diera cuenta de que lo había engañado.
Madison llegó en conjunto con Violeta y el hombre se escabullo rápidamente saliendo del parque. Suspire aliviada y acerque más el coche de Danielle hacía a mí.
- ¿Qué pasó, por qué esa cara? - debía tener una cara de espanto para que ella me preguntará. No la quería alarmar por lo que me contuve y cambié mi semblante por uno más relajado, pero por dentro seguía insegura.
-Nada, pensé que había olvidado algo de Danielle- cambie el tema rápidamente para que ella no siguiera indagando- ¿Qué paso, pequeña? - pregunte a Violeta.
-Dejé caer mi manzana a la tierra, y ni siquiera le había dado un bocado- dijo cabizbaja.
-Ya iré por otra, cariño. No te preocupes- dijo Maddie. - ¿Te quedas con Sara o me acompañas?
-Me quedaré sentada justo aquí- respondió encogiéndose de hombros.
Maddie asintió, tomo su bolso y camino hacía el puesto de manzanas acarameladas.
Danielle comenzó a quejarse en el coche y la cargue de inmediato para posarla en mis piernas.
Al tenerla pegada a mi pecho y sentir su calor me hacía sentir mucho mejor. Luego de atosigarla, la acomode nuevamente sentándola sobre mis piernas dejándola al frente de Violeta, quien miraba curiosa todos los movimientos de mi bebé.
-Ella es muy pequeña, ¿Se quedará siempre así? - reí ante su pregunta.
-No claro que no, ella cuando tenga más años será como tú.
- ¿Yo era como ella? - preguntó nuevamente, pero esta vez con sus ojos bien abiertos. No podía con su ingenuidad.
-Claro que sí, tú fuiste igual de bebé que Danielle.
ESTÁS LEYENDO
El Jefe, mi mayor error.
RomanceMi jefe se intereso en mi, pero vamos, que no de una forma sentimental, más bien sexual. Mi vida por un momento fue emocionante, salía con Kennet, nos divertíamos juntos y probé cosas que jamás se me hubieran pasado por la cabeza hacer. Aún que toda...