Me Casaré Con El Magnate [1] (YA A LA VENTA EN FÍSICO)

Prefacio

¿El amor duele? La pregunta que en un determinado tiempo de nuestras vidas todos nos hacemos. Muchos dicen que sí, otros dicen que no y otro grupo prefiere no dar su opinión. Pero ¿saben qué digo yo?

El amor, siglo tras siglo, ha sido un tema o sentimiento sobrevalorado, los poetas y escritores con sus , poemas y metáforas se han encargado de hacer de esto algo mágico, hermoso, poderoso y que aparentemente no hace daño. Pero ¿y si no es así?

¿Y si el amor es un sentimiento que en un primer vistazo es como lo pintan los poetas y los escritores, pero cuando decidimos entrar de cabeza en el tema resulta ser algo más? Se supone que debemos ir en busca de lo que nos hace felices, y el amor debe hacernos felices, pero llega un punto en el que nos duele, nos consume tanto que puede llegar a ser terrorífico. Un punto en el que quisiéramos retroceder en el tiempo, volver atrás y no conocer a esa persona o que, tal vez, ya ni siquiera sabes lo que sientes o qué esperar.

Entonces, ¿Cómo puede hacernos sufrir tanto algo que se supone que debe hacernos felices?

¿Qué hay preguntas que no tienen respuestas? ¿Qué no estas interesado en enamorarte, pero que de repente llega alguien y te hace sentir mil y unas sensaciones? ¿Qué vale la pena arriesgarse y enamorarse otra vez, pero que no sabes si esta persona actual pude hacerte daño, incluso más que la persona anterior? Y es que sí, siempre terminamos con preguntas como estas y que luego no sabemos cómo responder o dónde buscar las respuestas que tanto necesitamos. Andamos como locos por la vida, buscando ese alguien que nos complete o, como suelen decir las personas, nuestra otra mitad, nuestra media naranja y un sinnúmero de nombres más. Perdemos la cabeza frente a alguien que dice amarnos, cuando seguramente ni siquiera sabe la diferencia entre querer y amar. No importa la experiencia que tengamos, que tan expertos seamos en el tema, que tantas preguntas o respuestas tengamos o si creemos que el amor existe o no, el único problema está en que, a pesar de lo que pase, siempre volvemos al inicio, tal vez rotos de dolor o no, pero siempre con algo aprendido.

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