Gidae sonreía sentado en el trono de Jangmi, al fin había logrado su objetivo, comprometerse con la heredera del reino de las flores, podía rozar con sus dedos el trono de manera apreciando aquel lugar tan codiciado por algunos hombres.
Los reyes acababan de morir, era un día triste para el pueblo, menos para aquel militar, era un contrato, Lotus era demasiado joven para gobernar, solo debía esperar unos años para contraer matrimonio, mientras tanto, el sería el rey.
Gidae podía engañar a todos, su oratoria era perfecta, con las palabras adecuada convencía a todos a su alrededor, tanto era su poder que todos estaban convencidos que los reyes enfermaron de casualidad juntos, murieron el mismo día.
Lotus con los años descubrió que las palabras de su futuro primer esposo eran venenosas, si ella hablaba era ignorada, si ella intercedía por su pueblo en sufrimiento, era reprendida, la única palabra que existía para seguir era la de él.
La boda para coronar a Gidae y Lotus al fin se efectuó, en medio de la guerra y ese día llegó un extranjero curioso, Matthew.
Los reyes de Jangmi estaban asombrado por todo el conocimiento que mostraba el hombre de su idioma desconocido.
Mipung y Lotus lo perseguían todo el día para pedirle traducir miles de palabras, esperaban guardar alguna en su memoria, Matthew se reía de la curiosidad de la pequeña y se sonrojaba cada vez que la joven castaña lo miraba esperando la respuesta en otro idioma.
Matthew despertó un día alterado, había sueños que lo torturaban, sabía que no volvería a dormir aquella noche, decidió salir a caminar alrededor del reino para despejar su mente.
Su mente estaba ida recorriendo los pasillos del castillo, había unos especiales para visualizar los majestuosos jardines, por un momento admiro las bellas flores que eran alumbradas por la fina luz de la luna.
Su rostro dibujaba una sonrisa al ver a Mipung corriendo por uno de los jardines, pero no era cualquiera, sabía que ese lugar lo había sembrado ella y la reina, por lo que era mucho más especial, abrió su boca para llamar la atención de la joven, pero la cerro al ver que Lotus la perseguía sosteniendo su vestido para correr mejor.
Se quedó observando, algo en su comportamiento no era normal, veía como la reina rodeaba a Mipung por la cintura, se acercó de forma delicada a los labios, los ojos de Matthew se abrieron ante aquel acto y también un parte de su corazón se estremeció, comprendiendo algo que se había negado.
Deseaba ser Lotus, deseaba besar a Mipung, se había enamorado de ella.
- Un acto infame - La voz gruesa del rey Gidae llamo su atención, "¿Desde cuándo está aquí?" Pensó el extranjero, mirando sorprendido - Un merecido castigo se han ganado - Podía ver la ira en los ojos de aquel hombre, su esposa le era infiel, Matthew no sabía qué hacer, solo asintió dándole la razón al rey.
Las dos chicas inocentes de ser vigiladas, se quedaron esa noche admirando las flores que habían crecido con el tiempo, el viento las acariciaba haciendo ver un paisaje tranquilo y armónico en aquel hermoso jardín que fue testigo de su declaración de amor, aquel lugar que lleva como nombre "Wind Flower".
Era su pequeño secreto, Mipung observaba como Wind y Flower dormían plácidamente en la cama, una sonrisa se dibujaba en su rostro, solo ellas sabían que sus hijas llevaban el nombre del lugar donde su amor comenzó.
La castaña tomo aire, decidió no despertar a su hija, estaba muy cómoda, sus ojos cerrados demostrando tranquilidad, acorrucada en Flower, Mipung no quería dañar ese bello momento, así que salió del lugar sin hacer ruido para continuar con sus tareas e ir a la habitación de la reina.
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Primer Libro - SWFS - Reencarnación
Fanfiction- Es un peligro para la civilización, debemos mantenerlos controlados, mi rey - Decía el consejero a su majestad, sabía que tenía toda la razón, pero le resultaba increíble que cuatro personas, mejor dicho, cuatro mujeres generan tanto miedo. Ellas...