¡Una explosión!
Fue el sonido que retumbó por las paredes del castillo de Hae, los soldados corrieron con desesperación al lugar que se originó, era el segundo laboratorio de la reina Hwido.
La reina salió tosiendo abriendo las puertas, acompañada de algunas mujeres que seguían sus enseñanzas — Creo que eso salió mal — Dijo sonriendo a sus soldados para tranquilizarlo — No pasa nada, solo juntamos mal unos líquidos, se pueden ir —Quitó algunas prendas que utilizaba de protección en el lugar.
— Creo que debería tener más cuidado, las explosiones se hacen más frecuentes — Hablo Heemin a las espalda de su reina, ella acomodo su cabello para luego mirarlo.
—Ya casi lo logramos general, intentaremos no explotar el castillo — Dijo divertido haciendo negar al general con su cabeza—Tengo mucho tiempo libre desde que mis hijas no están — Dijo con nostalgia, los días en el castillo de Hae eran silenciosos, estaba tan acostumbrada a la compañía de Eirene y los cantos de Sun.
— Mi reina, una carta arrimo hace unos minutos—Dijo el general.
— ¿El rey? —Dijo con una mueca, no le interesaba saber que quería ese ser arrogante.
—No, lo trajo un ave —Dijo.
— ¡Lotus! —Sonrió ante la anticipación, le encanta la escritura que tenía la reina, pero su expresión cambio al notar el semblante de Heemin — ¿Quién la envío? —
— Su hija, Eirene —La reina abrió sus ojos incrédula, observó cómo Heemin extendía una mano entregando el sobre con el sello real de Hae.
Sin cuidado Hwido abrió la carta con un extraño sentimiento en su corazón, caminó alrededor mientras comenzaba a leer.
Todo el tiempo Heemin miraba las expresiones de la reina, se asustó cuando la reina paraba varias veces llevando su mano a la boca por la sorpresa, sus ojos se cristalizaron y al final se quedó inmóvil.
Espero que Hwido hablará pero no lo hacía, parecía en una especie de trance, sus dedos que sostenía la hoja que leía temblaba levemente.
— Heemin, ¿Dónde está Bada? — Preguntó con voz temblorosa.
—En las cascadas su majestad — La reina asintió y comenzó a caminar allí.
Bada se encontraba afilando algunas espadas, limpiando perfectamente para que fueran dignas de un rey, sonrió al ver parte de su difuso reflejo en ella, por este mismo observó a la reina acercase —Mi amor — Volteo alegre, pero se preocupó enseguida al notar el rostro de su esposa.
— Bada... —Coloco su cabeza en el pecho del rey para dejar escapar algunas lágrimas, su mano derecha dejo ver la carta que arruga con sus dedos.
El rey la abrazó por unos momentos, consolando a su amada — ¿Qué sucede? — Pregunto él, cauteloso, Hwido le entrego la carta.
Comenzó a leer.
"Queridos padres.
Me gustaría decir que les escribo porque todo está bien, pero esta no es la ocasión.
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Primer Libro - SWFS - Reencarnación
Fiksi Penggemar- Es un peligro para la civilización, debemos mantenerlos controlados, mi rey - Decía el consejero a su majestad, sabía que tenía toda la razón, pero le resultaba increíble que cuatro personas, mejor dicho, cuatro mujeres generan tanto miedo. Ellas...