capítulo catorce.

4.6K 361 27
                                    

014: búsqueda.

– Creo que debería quedarse en casa, Noah– aconsejó el alfa al padre de su amigo– nosotros iremos a buscarlo y lo traeremos a usted.

El Sheriff se cruzó de brazos y vio a Scott levantando ambas cejas. Negó y caminó hasta el chico.

– Es mi hijo y no me quedaré en paz hasta verlo con bien– soltó– así que si tengo que ir con ustedes lo haré.

Scott no reprochó, sabía que sería difícil convencer a Noah de quedarse en casa esperando por su hijo. Así qué haciendo una seña con la cabeza, ordenó a todos dentro de la casa que salieran de ella.

Se subieron en los autos, Scott, Liam, Mason y Malia en el auto del moreno, Lydia y Noah en la patrulla del Sheriff y Grace, Demian y Parrish en el auto del último.

El oficial fue la guía del camino al viejo molino, debido a que él recordaba exactamente dónde quedaba. Nos tenían que manejar mucho, unos diez minutos, quince si había tráfico antes de salir de la autopista.

– ¿Y cuánto tiempo te quedarás?– le preguntó Parrish a Demian, mientras lo miraba por el retrovisor.

El castaño quitó su vista de la ventana y se encogió de hombros.

– Sí Stiles regresa a casa esta noche, hoy mismo.

– Ojalá pudieras quedarte más tiempo– comentó con tristeza Grace.

– No es mi tarea estar aquí y si me quedo más tiempo del permitido, no podré regresar al cielo, hermana– le dijo.

Grace soltó un suspiro y miró hacia su ventana, mientras comenzaban a salir de la ciudad. Parrish no comentó nada, no tenía algo que decir. Sólo aceleró para llegar más rápido a su destino.

Pasados unos cinco minutos más, los tres autos se estacionaron en el campo del molino y bajaron de ellos.

– ¿Es aquí?– preguntó Liam mirando a todos lados.

– Sí– contestó Demian– esto fue lo que vi.

– En esa montaña– apuntó Scott y todos voltearon a verla– ahí hay una cueva.

Todos se quedaron viéndola y Noah cambió su vista al grupo.

– Los autos no entran allá– comentó el Sheriff poniendo sus brazos en sus cinturas, en forma de tetera.

– Creo que tendríamos que ir caminando– comentó Parrish comenzando a caminar.

Los demás comenzaron a hacerlo también, les esperaba un largo camino. Los primeros pasos que daban nadie decía nada, estaban tan concentrados en seguir su camino, que había un silencio entre ellos. Caminaban entre árboles y hierba, la cual por tener mucho tiempo sin cortar estaba larga.

Parrish y Scott quienes iban enfrente iban moviendo la hierba para que los demás pudieran pasar sin problemas, mientras caminaban los únicos a los que podían oír hablar eran a Grace y a Demian. Ya que la castaña le iba comentando a su hermano todo lo que había estado pasando mientras estaba en la tierra.

– También vi las flores– le dijo Grace emocionada a su hermano.

– ¿De verdad?– le preguntó Demian– ¿y te gustaron?

angelus ; jordan parrish I.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora