angelus ; jordan parrish I.

capítulo diecinueve.

019: bellum.
n/a: es un capítulo largo, había pensado hacerlo en dos partes, pero me pareció más viable dejarlo así, porque no encontraba ninguna parte para cortarlo y seguirlo en otro capítulo. Así que espero lean todo y no se salten ninguna parte ni renglón jaja. Disfrútenlo,

– ¡Estamos aquí, estamos aquí!– exclamó Grace mientras ella y Parrish salían de entre unos arbustos.

– Vaya, creí que no regresarían– comentó Stiles.

– Perdón, no podíamos encontrarlos– se disculpó Parrish encogiendo sus hombros– ¿han encontrado ya al Asag?

La manada se vio entre sí y luego miraron a los chicos que recién habían llegado, sin tener una respuesta concreta. El clima había cambiado, las fuertes gotas de lluvia que caían velozmente se habían convertido en apenas una pequeña llovizna.

– Hemos buscado en al menos la mitad del bosque y él simplemente parece no estar aquí– respondió Lydia con una pequeña frustración.

– Debe estar aquí, este fue el único lugar que vi cuando lo busqué– dijo Grace– aún falta una mitad por buscar o tal vez esté en el Nemetón.

– Pensamos en que podría estar en el Nemetón– siguió Mason– el problema es...

– Que ninguno de nosotros sabe cómo llegar– lo interrumpió Liam.

La castaña miró a sus amigos con confusión y con una mano sobre su barbilla procedió a hablar.

– ¿Cómo que no saben cómo llegar ahí? Lydia me ha contado que han ido miles de veces y Jordan acaba de ir hace un par de días.

– Sí, Grace. Lo hice– le dijo su novio– pero en ese momento no estaba exactamente en mis cinco sentidos, sino que era mi otro yo. Todos hemos estado ahí, sin embargo ninguno ha ido por voluntad propia.

Grace pensó en la respuesta que recién le habían dado y le pareció extraña. ¿Cómo de las miles de veces que sus amigos han estado en aquel lugar, no puedan recordar o saber cómo llegar hasta ahí? Era muy raro. Cuando al fin la chica quiso decir algo, no pudo. El móvil de Stiles la interrumpió y después que el chico avisara que se trataba de su padre, Stiles contestó.

– Hola, papá– lo saludó y frunció el ceño al parecer por alguna respuesta que Stilinski que le había dado– ¿de verdad?– preguntó mientras alzaba sus cejas y colocaba sus manos sobre su cadera– mierda, mierda, mierda– maldijo cerrando sus ojos con fuerza– está bien, papá, quédate en la comisaría y no salgas para nada– se calló unos segundos escuchando la respuesta de su padre– no, no es necesario, creo que tendremos todos bajo control y...– se volvió a callar– si, claro. Nos vemos.

Justo cuando terminó la llamada, Stiles dejó soltar un suspiro. Volteó a ver a sus amigos consternado, mientras había una mueca extraña. Los demás lo vieron curiosos, esperando a que el chico de lunares les contara la noticia que recién había recibido.

– Que mi padre me ha dicho que la ciudad se ha vuelto un caos, una vez más– refunfuñó mientras les contaba– me ha dicho que ha recibido muchas llamadas de emergencia, sobre personas enfermas, inconscientes y personas que han...– pausó apretando su mandíbula.

– ¿Muerto?

– Sí, muerto– sentenció– no han sido sólo la mujer y el niño fuera de la casa de Scott, ahora son más.