capítulo siete.

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007: la resurrección.

Habían pasado cuatro días desde aquel evento. La pequeña niña seguía desaparecida y las esperanzas por encontrarla iban disminuyendo. No había desaparecido nadie nuevo, ni siquiera había movimiento inusual en la ciudad. Cosa que para la manada de Scott parecía raro.

Aunque por otro lado, Grace comenzaba a entenderse más con la tierra. Seguía asistiendo a la escuela — siempre con un sándwich en la mochila — y comenzaba a llevarse mejor con los amigos de Scott y Stiles, sobre todo con Lydia quien en los últimos dos días había estado intentando a enseñarle cosas de la escuela, a escribir más que nada, y lo pudo hacer. No se podrían imaginar lo orgullosa que se había sentido la pelirroja al ver que la castaña había aprendido a escribir su nombre, y la reacción de Grace ni se diga, estaba demasiado emocionada. No sólo había podido escribir su propio nombre, sino que también pudo hacerlo con el de Lydia, Scott, Stiles y el de Parrish. Era un avance muy grande. Lydia le había dicho que como sabía leer y ahora sabía escribir un par de cosas, no tardaría en escribir lo que sea. Cosa que hizo a Grace sentirse muy feliz.

– Entonces, ¿dicen qué iremos a un bosque al salir de la escuela?– preguntó Grace mordiendo su sándwich mientras se dirigía a la manada.

– Sí– contestó Stiles– alguien llamó anoche a la comisaría y dijeron que habían estado oyendo ruidos raros en una parte del bosque.

Liam miró al chico de lunares levantando ambas cejas y después soltó un bufido con una pequeña risa.

– Tal vez era una parejita divirtiéndose– comentó burlón.

– ¿Por qué en el bosque?– cuestionó Grace– Parrish me ha dicho que el parque es para divertirse, no el bosque.

– Oh Grace– continuó Malia– No ese tipo de diversión, o sea ya sabes podrían estar teniendo se...

Y Malia no pudo terminar la oración porque Scott le tapó la boca. Haciendo que la mujer coyote lo mirara mal. Grace sólo frunció el ceño intentando saber porque el alfa había interrumpido a la castaña.

– ¿Qué es lo que estaban haciendo?– le preguntó Grace a Lydia con un tono de inocencia.

– Algo que no se dice frente a ti–contestó la pelirroja encogiéndose de hombros.

La manada completa había entendido, durante los cuatro días que habían pasado con Grace, que la chica no entendía muchas cosas y muchas actividades que las personas hacían normalmente. Por lo qué habían quedado entre ellos que no hablarían de obscenidades o malas palabras frente a ella o al menos no lo harían por el momento. Tenían que enseñarle las cosas positivas primero y después podrían hacerlo con las otras ya mencionadas.

Grace soltó un bufido y se cruzó de brazos — algo que había aprendido del joven beta, quien hacía esto cada vez que algo le molestaba— no le gustaba que no le dijeran las cosas como eran. Ella sabía que no tenía el conocimiento de todo, pero quería conocer cada cosa nueva que se mencionará o que ella viera y si ellos se negaban a explicárselo no podría hacerlo.

– Hey Grace– la llamó Scott– no te enfades, son cosas que irás entendiendo con el tiempo.

– Está bien– contestó suspirando.

El timbre anunciando que el almuerzo había terminado llamó la atención de todos los alumnos quienes se quejaron. La manada comenzó a levantarse y a tomar sus cosas para comenzar a caminar hacia dentro de la escuela.

angelus ; jordan parrish I.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora