angelus ; jordan parrish I.

capítulo diez.

010: potestatem.

A la mañana siguiente, Parrish despertó con un peso sobre él. Cuando abrió sus ojos se encontró con una escena que no pudo evitar sentir algo revolotear en su estómago; Grace tenía su cabeza recostada sobre su pecho y lo abrazaba suavemente. Por un momento pensó que podía despertar así todas las mañanas, junto a la perfección en persona, pero sabía que no podía ser así. No era lo correcto.

Ahora se encontraban desayunando en silencio, sólo el ruido de los cubiertos chocando con los platos se escuchaba por la cocina.

– ¿Así que hoy no tienes que ir a la escuela?– le preguntó Parrish dejando su cuchara sobre la barra.

Grace negó mientras llevaba una cucharada de cereal a su boca y comenzaba a masticarlo. Era viernes pero no tenía que ir a clases, ayer el hospital había detectado un virus en varias de las personas que consultaron y llamaron a las escuelas para que suspendieran clases para evitar que hubiera algún contagio.

– ¿Qué te parece si hoy vas a la comisaría conmigo?

– ¿No te molestaría?– preguntó Grace haciendo una mueca.

– Para nada– respondió él terminando su cereal– ademas el Sheriff me ha preguntado mucho por ti, tal vez pueda terminar de contarte la historia que interrumpí.

Él le sonrió y ella hizo lo mismo. Parrish recogió sus platos que ya estaban vacíos y los colocó en en lavabo. Le avisó a Grace que fuera a alistarse porque saldrían en unos quince minutos. Jordan se encaminó al baño y Grace a la habitación para cambiar su ropa.

Cuando estuvo en ella, buscó en el pequeño cajón donde guardaba su ropa. No tenía mucha, por lo que no necesitaba más de un cajón para tenerla. Vio un vestido azul marino con lunares blancos que Lydia le había regalado y se lo puso, acomodándolo perfectamente en su cuerpo, después se colocó unas sandalias negras y las abrochó sobre sus pies. Sólo tenía dos pares de zapatos, unos tenis y esas sandalias. No necesitaba más por el momento.

Salió de la habitación rumbo al baño y cuando notó que Parrish no estaba en él, entró al pequeño cuarto. De seguro Jordan estaba preparando el almuerzo. Se colocó frente al lavabo y se vio rápido en el espejo, sonriendo un poco. Le gustaba poder ver cómo lucía, no es que fuera engreída, para nada. Sólo que haber estado mucho tiempo sin hacerlo, ahora le parecía algo necesario. Se cepilló sus dientes y cuando terminó de hacerlo se acomodó su cabello para salir del baño, encontrándose con Parrish.

Él la miró por un momento y admiró su belleza. ¿Cómo le hacía para sólo pararse frente a él y verse como la cosa más bella del mundo?

– Te ves bien– la halagó Parrish mientras le sonría.

Las mejillas de Grace se tornaron en un rosado y soltó una pequeña sonrisa.

– G-gracias.

Salieron del departamento rumbo a la comisaría. El camino fue acompañado de Parrish cantando las canciones que se escuchaban por la radio y Grace sólo riendo de los pequeños pasos de baile que él hacía mientras conducía. Cuando llegaron a su destino, caminaron hacia dentro del trabajo del oficial y saludaron a todo aquel que se encontraban. Parrish se sentó en su escritorio u ella en una silla junto a él.

– Buenos días– los saludó el Sheriff Stilinski– Grace, que bueno que hoy nos acompañaras.

– Espero no molestar– dijo ella apenada.