Ash

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Ash

Junto a Shorter y unos cuantos de mis hombres, nos dirigimos al escondite de Arthur, para salvar a Eiji. La noche era nuestra aliada, estoy seguro que Arthur no sabrá ni quién los atacó.

Al llegar a la cabaña, lo primero que vimos fue la luz encendida de lo que parecía ser un cuarto en el segundo piso. Era una buena señal, podríamos irrumpir en la casa sin que se diera cuenta.

Volteó a ver a mis muchachos y Shorter para comunicarles lo que haríamos de ahora en adelante.

—Escuchen —hablo fuerte para que me escuchen atentamente—. Shore y yo seremos los que ingresamos y rescataremos a Eiji.  —Señale la casa detrás de mí—. Ustedes se quedarán vigilando que no haya ninguno de los hombres se Arthur por los alrededores. 
—Si señor —Escuchó su alarido en afirmación, sonrió ante ello.

Ahora era el momento de la verdad, esparcí a mis muchachos a los alrededores, espere junto a Shorter hasta el momento preciso para acercarnos a la casa. Al ver que el cuarto superior se podía ver la sombra de Arthur hablando por teléfono con quién sabe quién, le hice unas señas con las manos a mi amigo y nos acercamos a la puerta trasera de la casa. Trate de abrir la puerta pero esta estaba bien cerrada, Shorter me hizo a un lado y comenzó a forcejear con la puerta —con una vincha—, hasta que esta se abrió.

—No existe puerta que no se me habrá dice orgulloso de su hazaña. 
—Si, bueno ya entremos —Ingreso dejando atrás al idiota orgulloso de mi amigo.

Entramos a lo que parecía ser la cocina, no tuvimos tiempo de ver más del pequeño lugar, ya que escuchamos ruido, en el segundo piso. Fuimos de inmediato al la sala en silencio, estando ahí pudimos escuchar un poco la conversación de Arthur.

—Ya te lo dije Freddy, tú ten todo listo que mañana voy con Eiji al aeropuerto…. Si, me voy antes de que el desgraciado de Ash me encuentre, en Alemania haré una nueva junto a la gatita..

Me quedé paralizado al escuchar lo que acababa de decir, tenía planeado llevarse a Eiji lejos de aquí, gracias a Dios que los encontré antes de que se vaya lejos. 

Mire a Shorter y le indique que vigile las escaleras, mientras yo iba a buscar a Eiji por el primer piso. Camine alrededor de la sala, hasta que encontré lo que parecía ser la puerta del sótano, esta estaba escondida entre unos estantes. Abrí la puerta lo más silencioso que pude, detrás de ella había una escaleras, comencé a bajar con la esperanza que Eiji se encontraba ahí y no en el segundo piso junto a Arthur.

El lugar era muy oscuro, pero aún así pude ver una cuerpo en el piso, era Eiji y se encontraba encadenado. No dude ni un segundo más y fui directo a él, estaba dormido o inconsciente en realidad no lo sé.

Comencé a moverlo desesperado, trato de que cobre la conciencia. Cuando por fin parece despertar, abre los ojos lentamente hasta que me ve y su mirada se transforma a una de sorpresa genuina.

—¡¿Ash?! —Sus ojos se habían agrandado más de la cuenta—. ¡¿Eres Ash, cierto?!
—Si, soy yo Eiji —Le abrazo con todas mis fuerzas. Siento como en principio duda en abrazarme pero al final lo hace.

No se cuanto tiempo permanecemos abrazados, pero estoy seguro que lo suficiente como para darme cuenta de las cadenas en su cuello, piernas y  manos.

—Eiji. —Separó su cuerpo del mío—. Tenemos que sacarte de aquí.
—Sacarme de aquí —Su mirada se volvió turbia—. No puedo salir de aquí, Arthur se enojara. —Veo como sujeta su cabello con fuerza—. Si el se enoja me golpeará y no quiero eso.

Veo como de sus hermosos ojos chocolates ruedan lágrimas de miedo, tengo la necesidad de a pasarlo y nunca soltarlo, pero mi frustración es más grande quiero ir hacerle pagar a Arthur cada una de las lágrimas de Eiji. 

—Eiji tranquilízate —digo mientras tomo  sus manos—. Él no te hará nada, voy a sacarte de aquí entendido. —Asiente—. Bien, dime sabes dónde Arthur tiene las llaves de todo esto..—Apuntó con mis manos todas las cadenas.
—Están en un cajón a lado de su cama en el segundo piso.

Simplemente genial, las malditas llaves tenían que estar ahí, afirmó con mi cabeza y le prometo que no me demoraré nada en regresar. Al salir le comunicó a Shorter la situación de Eiji y lo mandó a vigilarlo, ya fuera de mis vista toma las fuerzas necesarias para ir directo hasta la boca de la hiena.

Subí lo más silencioso posible, me detuve en la puerta del cuarto —que estaba entreabierta—, pude ver como Arthur guardaba sus cosas. Entre silenciosamente al cuarto mientras estaba de espaldas. No soy de esos tipos que atacan por la espalda así que le hablo para que se enfrente a mi.

—Cuanto tiempo sin vernos Arthur —habló sin vacilo.
—¡¿Ash?! —Voltea a verme asustado—. Tú ¿qué haces aquí?
—Qué más voy hacer en la casa se un secuestrador —afirmó.
—Así que ya viste a Eiji —Comienza a retroceder.
—Si.. y de una vez te digo que no me voy a ir de esta casa sin él —Caminó hacia su dirección—. Obviamente tampoco me iré sin hacerte pagar lo que has hecho.

No pudo ni responder, ya que apenas termine de hablar me lanze a golpearlo, Arthur no se quedó atrás, también comenzó a golpearme pero como rata de alcantarilla que es me lanzó un lámpara. Quede un poco aturdido por el golpe, no pude ponerme de pie, Arthur comenzó a darme patadas. Me dolía todo el cuerpo, no podía contraatacar.

Estaba cubriéndome cuando vi un bate debajo de la cama, como pude fui hacia él, cuando lo tengo en mis manos no dude ni un segundo en partirle la cara a Arthur. Lo golpeé hasta decir basta, esto me traiga muchos problemas pero me da igual, tiró el bate y comienzo a rebuscar en todo el cuarto, hasta que por fin la encuentro.

Voy lo más rápido hasta el sótano, al entrar veo a Eiji lo más alejado de Shorter.

—¿Que sucede Shorter? —Camine hasta Eiji.
—No lose, cuando quise acercarme a él, tan solo se alejó de mí y comenzó a llorar, y murmurar cosas —comenta mientras me ve extrañado—. ¿Qué pasó con Arthur?
—Inconsciente —Comencé a liberar a Eiji de sus cadenas.

Ya libre de sus ataduras, Eiji se lanzó a mis brazos y comenzó a llorar.

—Eiji..
—Pensé que estaría atrapado aquí por siempre. —Siento como sus lágrimas comienzan a rodar en mi camisa—. Pensé que ya se habían olvidado de mí… Te extrañe.

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I am bad for you EijiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora