in my head❁ཻུ۪۪

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Se dejó llevar finalmente, sin pensar en nada

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Se dejó llevar finalmente, sin pensar en nada. Entretanto el tiempo iba transcurriendo y él estaba cada vez más cerca de llegar a su destino final, notando como paulatinamente la temperatura se iba volviendo más cálida y su cuerpo se aclimataba a ella.

Y llegó, pues chocó contra una superficie dura, advirtiendo cómo se hundía unos metros en ésta. El ruido que ocasionó fue muy fuerte y aturidido por el polvo que lo envolvía acabó cayendo derecho en los brazos de Morfeo.

Kim Tae Hyung, desde su casa en aquel frondoso bosque, escuchó la explosión y supo instantáneamente que probablemente se trataba de una estrella fugaz repudiada ya que casi siempre caían ahí. De hecho aquel lugar era conocido como El bosque de los destellos de luz precisamente por eso, y por ello Kim debía vivir allí.

Poseía un don, aunque parecía más una maldición: podía arrebatarle la vida a cualquier ser con actos tan simples como pestañear o chasquear los dedos si así lo quería. Y sí, si fuera alguien realmente malvado lo utilizaría para crear destrucción allí donde fuera, pero él no era así.

Únicamente utilizaba su poder cuando un humano había causado serios problemas y merecía un viaje inmediato al infierno o cuando caía una estrella, como en esa precisa ocasión.

Según su difunta abuela, que lo había criado debido al temor que sus padres le tenían, en el instante en el que las estrellas fugaces caían se transformaban en personas, mas había que aniquilarlas inmediatamente pues cualquier astro desterrado del espacio exterior había cometido un crimen de un grave nivel y aquellos seres serían aún más crueles llegados a tierra firme, simplemente cegados por la ira de haber sido exiliados y por el pensamiento de que no importaba destruir aún más un lugar que ya lo estaba.

Y eso no va a ocurrir, como que me llamo Kim Tae Hyung.

Sus progenitores intuyeron y supieron finalmente que poseía aquel terrorífico don cuando vieron como el pequeño Taehyung, sin ser consciente de lo que hacía, mató a Bigotitos, el gato que tenían como mascota, cuando le saltó encima jugando y le arañó levemente la mejilla. Como era obvio, el crío armó un berrinche bastante grande. Por supuesto que no se esperaban la dedicación de una mirada asesina a aquel minino que inocentemente lo había agredido, y el animal cayó desplomado.

Para no correr peligro sus padres lo enviaron con su abuela, que también fue hereditaria de aquella extraña habilidad, para que lo instruyese. Aunque cuando la susodicha inexplicablemente murió y aquel joven chico de 16 primaveras, que ya había aprendido a dominar sus impulsos, fue a buscarlos ya no los encontró.

Tuvo que volver de nuevo, decepcionado, a lo que había sido su hogar en el bosque.
Se buscó la vida bondadosamente, haciendo tareas como las de un campesino normal para los señores feudales que vivían en los poblados cercanos, o vendiendo medicamentos hechos con hierbas medicinales que había aprendido a elaborar gracias a los libros que su criadora poseía y había acabado leyendo por puro aburrimiento cuando nada tenía que hacer, aprendiendo así, recetas que en un futuro, ahora presente, le servían para ganarse unos ducados, y de esta manera, sobrevivir decentemente.

La verdad es que a veces sentía que la gente le tenía cierto temor, aun así vendía. Y no sabía si era porque hacía realmente bien su trabajo, porque apreciaban que se encargase de "la mala hierba" y como agradecimiento le compraban, o por el miedo que los atemorizaba y, a conveniencia, trataban de hacerse medianamente cercanos a él para no ser amenazados por el chico si se metían en un mal asunto. Suponía que había de todo.

Cogió el zurrón que tenía colgado detrás de la puerta de su dormitorio, sacando de éste aquella bota de piel que rellenó con el vino de fresas que siempre le proporcionaba una afable señora cuando iba a su casa a podarle los árboles a finales de invierno. La volvió a colocar dentro y también agregó un pedazo considerable de pan, por si el hambre se apoderaba de su estómago durante el camino.

Dicho esto, se vistió con ropa que pudiera resguardarlo bien del frío, porque si su vista no le había fallado al mirar por la ventana estaba nevando. Se colocó su capa roja, cubriendo el zurrón que llevaba colgado de los hombros y se posaba en su espalda, para finalmente, con un gesto firme, acomodarse la capucha sobre su cabeza y aproximarse a la salida.

Ahora Taehyung se dirigía a aniquilar a aquella despreciable y ruin estrellita que, seguramente, cuando llegara aún estaría aturdida para apenas poder reaccionar ante su avecinada muerte.

Prepárate porque ahora vengo.

Quien diga q el taekook no es real no sé qué hace con su vidaAmén para que confirmen de una buena vez

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Quien diga q el taekook no es real no sé qué hace con su vida
Amén para que confirmen de una buena vez.

Quien diga q el taekook no es real no sé qué hace con su vidaAmén para que confirmen de una buena vez

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carpe diem  🀥vkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora