Llegaron al baño donde Taehyung le señaló a Jungkook una silla negra y acolchada por un cojín escarlata. Un tanto confuso se sentó con ayuda del mayor y esperó pues parecía que estaba pensando en algo sumamente importante, aunque tan solo miraba su cabello vibrando por estar constantemente moviendo sus pies en un sube y baja, y eso le daba dudas. Movió un poco su brazo como si estuviera saludándolo e instantáneamente el contrario reaccionó. Se había quedado absorto, de nuevo, en el temblor que provenía del cuerpo de Jungkook.
—¡Ah! Espera, que descuidado soy —exclamó, yendo corriendo hacia su habitación y volviendo velozmente al baño—. Ahora sí.
El de menor contextura, que permanecía mudo, sonrió por sus adentros y levantó la vista, mas bajó la cabeza instintivamente cuando sus miradas colisionaron.
Qué vergüenza, mis mejillas están calentitas.
Oh, y por supuesto, acarminadas también. A su suerte el otro no se dio cuenta de los toquecitos que él mismo se propinó para despejar aquella extraña sensación que lo sofocaba.
—Gra-gracias. —Empezaba a avergonzarse de estar repitiendo la misma palabra constantemente.
—Oh, no hay de qué, siempre ayudo a quien lo necesite. —Fijó sus ojos en el rostro del chico y al verlo avergonzado rectificó:— O sea, no es que tú...
—Está bien, gracias enserio.
Jeon Jungkook...
¿Cómo era posible que tan solo unos momentos atrás le hubiera hablado con total confianza y ahora pareciera asustadizo como un gato callejero y balbuciente como un niño intentando pronunciar un trabalenguas?
Inusual, inadaptado, inocente, demasiado simultáneo.
Aunque más rara era la situación de estar estáticos frente a frente sin dirigirse la palabra. De vez en cuando se regalaban pequeñas miradas furtivas, pero no eran más que eso, ojeadas que extrañaban a Kook.
¿Los habitantes de la Tierra se daban así la bienvenida?
Fue entonces cuando Kim se dio cuenta de que realmente era un despistado de primera.
—¡El agua! Claro, no me acordaba. —Por descontado, Tae tenía la mente en las estrellas, y nunca mejor dicho—. Cinco minutos —recalcó enseñándo la palma de su mano, cerrando y abriendo los dedos reiteradamente para hacer más ahínco en el gesto.
Dudaba que supiera lo que significaba minutos pero a su sorpresa asintió casi imperceptible.
Cerró la puerta del aseo y se encaminó a hervir el agua necesaria para el baño de Jeon.
Cuando Taehyung se fue soltó el suspiro que estaba reteniendo. Una especie de tensión solo audible en su corazón, que se aceleraba cuando el atractivo extraño rozaba sus pieles o lo observaba, se esfumó cuando se marchó. Y no era del todo desagradable pero le inquietaba sentir que algo se te te desbocaba del pecho, te temblequeaban las extremidades y no lograbas controlarlo.
¿La resiliencia? ¿Los efectos de la gravedad sobre él? Sería eso.
Ahora que ya estaba más despejado apoyó la nuca sobre el respaldo de la silla y pudo sentir un aroma familiar a lavanda y clementina. Le gustaban las flores, de hecho era una de las pocas cosas que tuvieran que ver con el planeta que estudió por pura voluntad.
Curioso le echó un vistazo al lugar. Grande y espacioso pero oscuro pues era de noche. Además sólo dos pequeñas ventanas en lo alto de las paredes laterales en paralelo a él se asomaban, protegidas por un par de barrotes que al final se dividían formando bifurcaciones que plasmaban la silueta de unas flores.
A su lado se encontraba donde al parecer tomaría su llamado "baño", suponía, una lujosa bañera. En su costado derecho distinguió unos estantes llenos de frascos de cristal que contenían varias cremas y líquidos desconocidos de muchos colores –conjeturó que estaban hechos con plantas–, bajo éstos una larga encimera de mármol blanco ramificado por unas ralladuras gris siberia, que se asemejaban a pequeñas grietas, lo decoraban completamente. Unas cuantas velas aromatizadas se posaban a lo largo y algunas de ellas continuaban consumiéndose, regalándole a Jungkook una tenue iluminación y el olor que anteriormente había percibido, reconfortándolo. Se levantó como pudo, dándose apoyo de los objetos que lo rodeaban y se acercó a ellas, quemándose al intentar tocar el fuego.
Arde.
Reprimió el alarido de dolor y envolvió con su otra mano el dedo palpitante y rojizo que por culpa de su torpe capacidad por prever las cosas acabó irritado.
Caminó un poco más adelante y halló un pequeño espejo en forma de luna menguante adosado a la pared índigo.
Le dirigió una mirada fulminante.Engreída, ni siquiera tienes brillo propio.
Puaj, le caía tan mal. La pobre se creía superior a los otros asteroides por ser el satélite de un planeta con vida.
En fin, tampoco hay que negar que era hermosa pero, seriamente, si hubiera querido suicidarse la idea de subirse en lo más alto de su ego y saltar hacia su coeficiente intelectual habría sido, sin duda, espléndida. Tristemente no podía, eso era cosa de terrícolas.Y bueno, a Jungkook tampoco le caía bien porque cuando ésta iba de invitada al palacio del rey Sol le obligaba a hacerle masajes, y como él era un sirviente no podía reprochar.
Te huelen los pies a satélite artificial.
Se acordó de lo que le enseñó su compañera Ascella, una de las más brillantes de su constelación. Le caía bien y a veces le enseñaba cosas divertidas como el gesto de levantar el dedo anular, que significaba "jódete". Observó sus falanges. ¿Era el anular, o no? Igualmente se lo mostró al espejo como si se tratara de la mezquina mujer.
Le dio la espalda y decidió seguir husmeando, viendo un biombo que plasmaba en su tela un dragón de tonos jades y rojos sobrevolando una sierra de rocosas y puntiagudas montañas. Se acercó manteniendo el equilibro y notó que tras él solo habitaba el vacío y la pared contigua; era un magnífico invento para desvestirse sin que nadie pudiera verte.
Escuchó unos pasos que rechinaban contra el suelo cada vez más fuertes y corrió de nuevo hacia la silla, trastabillando y cayendo una par de veces antes de llegar. Al menos consiguió sentarse a tiempo.
El Kook bebiendo su lechita es mi religión, chau.
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carpe diem 🀥vkook
Fanfic꧁𝐕𝐊𝐎𝐎𝐊 ꧂ *ೃ➫ Jungkook era una estrella. Vivía tranquilo en la Vía Láctea, mas al ser incriminado por un asesinato que no cometió es desterrado a ser fugaz, cayendo hacia la Tierra, donde tendrá una vida como humano. Solo hay una cosa que no pod...