bloodline❁ཻུ۪۪

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Se encontraba en frente, petrificado

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Se encontraba en frente, petrificado.

Envuelto en aquellos coloridos destellos había una chico acurrucado entre sus propias piernas que no pudo ver bien por toda aquella luz que le cegaba la vista.

No era humano, de eso estaba seguro, pero, ¿qué clase de especie resplandecía de esa manera? ¿Vampiros? ¿Elfos? ¿Súcubos? ¿Hadas? ¿Ninfas? No, ninguno brillaba tan extraordinariamente.

Se alejó unos pasos de aquel ser y contempló mejor la escena. Quizás... No, no podía ser un astro, a ellos les rodeaba un aura oscura de cólera e ira que los asemejaba a un demonio, y, aquel chico parecía un angel adornado por un toque caótico y a la vez hermoso. No, era más precioso que eso, le asombró tanto que su cuerpo se embelesó de una manera escalofriante y le puso los vellos de punta.

Ramé.

Examinó con la mirada aquel pequeño cuerpecito que parecía el de un frágil muñeco y se percató de que temblaba, en desenfreno. La preocupación dominó sus instintos y se acercó a él.

—¿Hola?

Nadie contestó.

Se agachó y pasó un brazo por su nuca y otro por debajo de sus rodillas, levantándose y mirando el rostro casi inconsciente de aquel chico. Sus ojos plateados casi entrecerrados dejaban escapar un resplandor luminiscente que destellaba en aquella noche de frío invierno.

Todo en él relucía puramente.

Taehyung no daba palabras para explicar lo que sentía en aquellos momentos.

Jeon se encogió. Sentía el gélido clima colarse hasta sus entrañas. Claro, aquel fino camisón no le cubría lo suficiente y la parte que era tapada por aquel trozo de tela no le daba ni un atisbo de resguardo. Lo único que le daba calor y lo acogía delicadamente eran los lugares de su cuerpo que eran arropados por aquel joven.

Taehyung se percató del leve estremecimiento provocado en el muchacho y sin pensarlo dos veces se quitó la capa que portaba, inclinándose hacia adelante, posando los pies del desconocido con suavidad sobre la nieve, sosteniéndolo con su antebrazo izquierdo por la espalda y envolviendo cuidadosamente la figura de éste con la mano sobrante. Lo volvió a cargar en sus brazos y se dispuso a hacer el camino de retorno hacia su casa, adentrándose cada vez más en el bosque del que había venido.

Ya buscaría a la estrella mañana u otro día. Era más relevante protegerlo.

Jungkook supo que estaba a salvo, así que dejó de emitir aquella luz cegadora que brotaba de él inconscientemente. Ahora, solo si lo observabas con detenimiento podías seguir viendo los iridiscentes destellos y reflejos que se apropiaban de su cuerpo, por lo que apoyó su cabeza en el hombro de aquel chico, cerró los ojos y musitó:

—Gracias.

Realmente estaba agradecido, y le extrañó pero alegró profundamente encontrar una mirada bondadosa.

Acababa de arribar a casa. Tomaba el pomo de la puerta cuando una flecha fue directa hacia ellos y se clavó a unos centímetros de distancia de sus cuerpos, justo en la pared lateral a la puerta. En su rostro se formó una mueca de molestia que se acabó transformando en una sonrisa irónica. Se giró lentamente y con una serenidad inusual en alguien que acababa de ser amenazado con un arma blanca anunció:

—Seas quién seas, te recomiendo que salgas de tu escondite porque puedo acabar con tu mísera vida en un abrir y cerrar de ojos. —Nadie se mostró ni contestó—. Te voy a dar tres segundos —dijo, y empezó a contar—: Uno, dos...

—Tranquilo, hechicero —respondió un moreno y alto arquero que salió de detrás de un enorme pino nevado con las manos en alto—. Entrégame a la estrella y todo estará bien, te hago un favor, la mato por ti —propuso con una sonrisa socarrona que marcaba ligeramente sus hoyuelos.

—Uno: no me proclames hechicero, pues no lo soy, mas no tientes a la suerte porque, como bien supongo que sabrás, puedo acabar contigo. Y dos: no hay fugaces que habiten en la Tierra, yo mismo me he encargado de hacer desparecer a cada uno de ello. Aunque ya que sabes del tema... uno anda suelto, así que, por tu bien, te aconsejo que mejor no lo busques y te preocupes por estar a salvo.

—Eso que tienes en tus brazos —dijo, señalando al chico que yacía durmiente—, es una estrella fugaz, y me pertenece.

Sospecho que esta historia al final no va a ser tan corta como pensaba xd no c q tengo q siempre me enrollo como una persiana y acabo pautando testamentos pero weno, espero que sea de tu agradoC' est fini, hasta el siguiente cap^^✌︎

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Sospecho que esta historia al final no va a ser tan corta como pensaba xd no c q tengo q siempre me enrollo como una persiana y acabo pautando testamentos pero weno, espero que sea de tu agrado
C' est fini, hasta el siguiente cap^^✌︎

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