Trivia 承: Love | KNJ ✓

承

La voz de aquel tren me despertó de mis sueños o tal vez aquel estado de trance que me gustaba mantener cuando viajaba, viendo los lugares e imaginándome en ellos. Prepare mi gran bolsa de libros mientras con mi otra mano intentaba hacer de mi cabello algo presentable, no muchas personas se dirigían a Ulsan hoy así que fue fácil salir y buscar rostros conocidos en la estación. Mis ojos se unieron a un señor alto con lentes y sonreí al instante cuando abrió sus brazos para recibirme, apresure mis pasos llegando a aquel lugar, aquel lugar que no cambiaría por nada en el mundo.

— Esta vez llegaste algo tarde.

— El trafico empeoro porque empezó a llover... no sabía que me esperarías aquí.

— ¿Por qué no lo haría? Es peligroso que subas la montaña sola.

— Yo también estoy aquí señor Kang —un chico a su lado sonrió quitando la bolsa de mis manos, el viento hizo que su cabello cayera sobre su frente molestándolo un poco. — creí que sería el guardián de su hija hasta el infinito y más allá.

— Lo seguirás siendo niño, solo no le digas a tu madre que te deje manejar el auto...

— ¿A él si lo dejas manejar? — pregunte un poco ofendida mientras salíamos al parqueadero, hice un puchero involuntario al ver como aquel chico tomaba el lugar del piloto de la vieja camioneta estilo Scooby Doo — yo tengo licencia hace un año.

— Que tengas licencia no significa que aprendiste a manejar, son dos cosas diferentes y creo que debes saberlo mejor que yo.

Mire a mi padre desde el asiento trasero, soy muy parecida a mi madre e incluso en lo sentimental con mis 18 años así que no había mucho de él que me sirviera de espejo, tal vez solo el buen gusto por los libros. El y el chico a su lado tenían una conversación acerca de mecánicos, llantas y demás cosas que no tenían mi interés así que fije mi mirada en la estrecha ventana. Subir la montaña no era difícil hoy en día, teníamos una carretera algo estrecha pero que facilitaba subir rápido y seguro. Me sentí en casa cuando aquel clima frío me rodeo, yo tenía un vestido veraniego rosado tal vez sacado de contexto y agradecí recibir el abrigo del conductor, sabía que le gustaba alimentar la confianza de mi padre con pequeños actos como ese.

Mi casa quedaba tal vez muy arriba pero nos asegurábamos que fuera seguro, nunca habíamos tenido que desalojar o experimentar desastres, mi padre suele decir que los espíritus que la protegen son muy buenos. Yo suelo creer en ellos hasta que suceden cosas extrañas mientras estoy sola en mi habitación y tengo que recordar que no existen, solo para calmar mi miedo. Llegamos en casi cuarenta minutos así que sin esperar nada baje del auto, mi casa había sido construida hace seis generaciones por mis ancestros y había sido el hogar de muchas personas así que estaba rodeada por una amplia muralla en piedra y techos puntiagudos, parecía ser de los primeros habitantes de Corea.

— Hoy en la cena tenemos algo importante de que hablar así que no se adentren mucho en la montaña, podría llover mas adelante. — Mi padre dijo mientras se bajaba del auto y yo jugaba con las piedras debajo de mis zapatos viendo más allá de los muros— ya sabes lo que debes hacer niño...

— No se preocupe señor Kang — el chico una cabeza más alto que yo me dio un abrazo colocando su cabeza encima de la mía — estará aquí antes del amanecer.

Nuestras risas resonaron en el silencioso lugar mientras acompañaba al mayor por el lugar conocido por ambos desde que éramos unos mocosos, estaba oscureciendo así que solo iríamos a su casa para sentarnos en su patio trasero. Empezó a contarme con emoción lo que había hecho en mi ausencia y los proyectos en los que trabajaba, su voz dulce cortando el frío de aquella tarde.

— Solo me fui dos días, ¿por qué actúas como si me hubiera ido una semana?

— Porque se sintió así, esta aburrida montaña no es lo mismo sin ti.