quatre

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Estaba en medio de mi sesión de yoga cuando escuche unos ruidos en la puerta, revise el viejo reloj de la sala y me pregunte quien seria, era muy temprano para recoger a Jongsu a su casa para ir a la universidad. Alcancé un abrigo de la mesa del comedor mientras me levantaba de la afelpada alfombra, finos rayos de sol atravesaban parte del techo que era en láminas haciendo el lugar muy claro durante el día.

Mi casa parece muy vintage, del estilo antiguo con todo en madera: piso, techo, paredes e incluso muebles. Libros y velas se ubicaban estratégicamente, aunque no tenía muchas cosas era mi hogar. Me estire un poco caminando hasta una de las ventanas deslizables, en realidad no había una sola puerta en la casa, solo la que hay entre el bajo muro y la del baño.

— ¿Quién es? — pregunte un poco precavida, vivía sola y no quería pasar un mal rato.

— Del departamento de impuestos, ¿está el señor Kang?

Me pareció extraño que recibiera esa visita así que apresure a abrir el gran portón quedando frente a un señor bajo canoso de aspecto cansado y con unos papeles en su mano.

— Él no vive aquí, soy su hija, Kang Aegi.

— Bueno supongo que puedes darle la información. — acomodo su gorra y me pareció más extraño lo que dijo después. — esta casa debe tres años de impuestos y si no hacen algo en los próximos seis meses puede quedar a manos del gobierno, se le han dado muchas opciones a tu padre desde hace tiempo pero él no parece responder.

— Disculpe pero creo que se equivocó, yo le he dado el dinero de los impuestos a mi padre estos años...

— ¿Tiene los recibos? — pregunto aburrido el hombre mientras yo negaba asustada. - entonces tal vez nunca los pagó.

Lo que dijo después no entro a mis oídos, lo único que podía escuchar era el ruido del rio cercano y los arboles moverse en el viento. Algo relacionado a que el debía ir al centro de Ulsan y hablar con los funcionarios, incluso que era mejor si vendíamos la propiedad. Agradecí al señor cuando se fue dejándome un sin sabor todo el día.

— Aegi, la orden número ocho!

Un grito me saco de mis pensamientos mientras volvía a clavar mis pies en la caliente cocina, corte las verduras con rapidez y fui a ver cómo iban los frijoles en la olla. Estuve distraída todo el día, no era capaz de llamar a mi padre y decirle, ni siquiera era capaz de hablar de esto con Jongsu. Mi mente era un constante 2 + 2 en donde el igual siempre terminaba como: no sé qué hacer.

— Puedes tomarte un pequeño descanso afuera, yo me encargo de esto.

Agradecí al anciano a mi lado cuando me dio una sonrisa tranquilizadora, deje el pequeño mantel a un lado y tomando mi abrigo abrí la puerta trasera del lugar con el frio chocando mis mejillas. Camine un poco más bajo las lámparas de la pequeña zona de parqueo y empecé a dar vueltas en el mismo lugar, estaba tan concentrada en mis pensamientos que me asuste cuando las luces de un auto me reflejaron.

Del taxi amarillo bajo un chico alto, vestía ropa oscura y por un momento me asusto por la forma en que caminaba hacia mí como si fuera a hablarme. Di unos pasos atrás dejando espacio para que pasara el auto y me subí al camino peatonal.

— ¿Namjoon? — pregunte cuando su rostro quedo iluminado por el alumbrado público. — ¿Eres tú?

— ¿Te asuste? Lo siento pero creí que te atropellaría, ¿estás bien?

Yo solo asentí alejando mi vista incomoda a mis botas negras, habían pasado días desde la última vez que lo vi irse y nunca pensé volver a verlo. Incluso me sorprendió no ver su manager cerca.

Trivia 承: Love | KNJ ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora