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Las semanas transcurrieron tranquilamente. Mi relación con Tae era cada vez más fuerte, casi todos los días íbamos a la biblioteca o a un café y el me ayudaba a estudiar para mi examen de ingreso. Quería estudiar en la Universidad Nacional de Seúl como mi hermano. Tae ya había dado su examen y aprobado exitosamente.

-Me duele el cerebro.-

-Y a mi los oídos por tus quejas, sigue estudiando.- Se recargó en su asiento.

-¿En verdad eres mi novio?- Chasquee la lengua.

-Te Estoy motivando a estudiar para que entres a la misma universidad que yo.-

-Pues no me motivas bien.- Hice un puchero con la esperanza de que me besara.

-Te tengo un trato, cuando hayas aprendido todos los temas te daré los besos que quieras.-

-No me conviene.- A este paso no lo besaría nunca.

-Entonces ya no te voy a besar.-

-Está bien, acepto tu trato, Señor Chantajes.- Dije lo último en voz baja.

-Muy bien Señorita Mal Humor, sigue estudiando. Ya no te falta tanto.-

•••

Después de seis horas atascada en la biblioteca, por fin terminé todos los temas. Al parecer la motivación de los besos sirvió.

-¡Terminé!- Grité en tono moderado.

Tae me hizo todo tipo de preguntas, las cuales respondí correctamente.

-Me enorgulleces, ahora larguémonos.- Se quería levantar pero le tomé la manga y lo obligué a sentarse de nuevo.

-¿No crees que me debes algo?- Otra vez hice un puchero.

Esta vez sentí sus labios envolver los míos, pero por un muy corto tiempo.

-¡Ey!-

-No te voy a comer en un lugar público, soy una persona decente.- Tomó mi mano y me ayudo a pararme.

-Decente mi pie.- Se rió por lo bajo y cargó mi mochila.

-Tengo hambre.-

-¿Vamos al departamento de JiMin?-

Desde el accidente de la lencería el ha sido mi mayor proveedor de comida.

-No, quiero estar a solas contigo.- Puso su brazo en mi cintura y salimos de aquel infierno.

-Pero yo quiero pollo frito y cerveza.- Esas cosas de disfrutan más en casa.

-Vamos a un establecimiento de pollo frito, pero no tomarás cerveza, eres muy pequeña para eso.-

-Soy mayor de edad.-

-Dije que no.-

-Como si te fuera a hacer caso.- Los dos reímos al unísono.

Llegamos al lugar de pollo frito y el olor inundó mis fosas nasales. Se me hizo agua la boca. Ordenamos nuestra comida y bebimos cerveza mientras esperábamos.

-¿Qué hacen aquí?- La voz del mismísimo diablo.

-Vinimos a lavar ropa evidentemente.- Rodé los ojos.

-No uses tu tono sarcástico conmigo.-

-Yo hago lo que quiero, ya vete, seguramente estas quedando mal con la novia número catorce.- La chica que venía detrás de NamJoon se puso roja como un tomate.

-Ambos sabemos que son tus celos los que hablan ahora.- Se inclinó demasiado hacia mi.

Iba a responder pero mi novio se me adelantó.

-Aléjate de ella si no quieres que te rompa la nariz.- Sus puños estaban apretados.

-Si no mal recuerdo, la última vez que peleamos, tú saliste peor que yo.- Sonrió con suficiencia.

-NamJoon, ya cállate. No se que intentas demostrar, pero solo quedas como un imbecil.- Dejé unos billetes en la mesa y me levante con mi mochila. Y jale a Tae hacia la calle.

NamJoon nos siguió.

-¿Que pasó hermanito?¿Te tienen controlado?-

TaeHyung apretó la mandíbula y se dispuso a cruzar la calle. Corrí detrás de él y lo abracé por detrás a medio cruce peatonal. Besé su espalda y acomodé mi mejilla ahí. Ni siquiera vi las luces que se dirigían hacia nosotros hasta que fue demasiado tarde.

Tae pudo empujarme fuera del alcance del auto, pero el no corrió con la misma suerte. El auto lo golpeó y el voló por los aires. Cayó al suelo de nuevo con un sonido espantoso.

-¿Tae?- Personas se arremolinaban a nuestro alrededor mientras el culpable del accidente huía. Me acerqué a gatas a su cuerpo inmóvil, sin saber bien lo que pasaba. Toque su cabello que se humedecía poco a poco por la sangre que emanaba de su cabeza. Me tomó un rato, pero reaccioné gracias a los murmullos que se formaron a nuestro alrededor.- ¡Alguien llame a una ambulancia!- Ese era el grito de una mujer que estaba siendo desgarrada por dentro, ese era mi grito.

Tomé la mano de mi novio y sollocé como nunca antes.

-¡Llamen a la maldita ambulancia!- Los gritos de esa mujer, que era yo, de nuevo.

-Señorita, ya están en camino.-

Seguí gritando como una loca hasta que sentí una mano en mi hombro.

-T/N, tranquilízate por favor.- Un torrente de lágrimas emanaba de los ojos de NamJoon.

Solté la mano de TaeHyung y comencé a golpear el pecho de NamJoon con todas mis fuerzas.

-¡Todo esto es tu culpa!- Repetía con cada golpe.

-Lo se.- Me abrazó a pesar de que yo seguía intentando golpearlo.- Lo se.-

Mis fuerzas se acabaron y terminé sollozando en su pecho.

La ambulancia llegó al cabo de unos minutos. Subieron con cuidado el cuerpo de Tae, NamJoon me cargó y subimos también al vehículo. Cubrió mis ojos todo el tiempo para que no viera todo lo que estaban haciendo. Los sollozos no pararon en ningún momento, en un punto los paramédicos me inyectaron algo para tranquilizarme. Poco a poco mis ojos se fueron cerrando hasta que quede sumida en total oscuridad.

-Lo siento.- Fue lo último que escuché. Esas palabras se quedaron como un eco en mi mente, cada vez el sonido era más débil hasta que todo fue silencio. Silencio absoluto.

•••••••••••
Lloré y tenía un nudo en la garganta mientras escribía esto. Mañana intentaré actualizar de nuevo porque ahora mismo estoy muy cansada y ya me quiero dormir.

Les mando mucho amor.

[]E R R O R[] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora