|Capítulo • 004|

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Creo que podría ser, digo, Shawn es una persona hermosa, y no solo me refiero a su físico que es impresionante, sino que tiene unos maravillosos sentimientos.

Siempre ha estado para mí, en todo momento, además él es quien realmente ha estado más emocionado y al pendiente con respecto a mi embarazo, claro, aparte de mi.

Incluso, debo admitir que por un tiempo estuve enamorada de él, hasta que llegó ella y lo cambio todo.

¿Por qué no darme la oportunidad con él?

—Claro, me encantaría. - sonreí y él me miró confundido.

—¿Hablas en serio? - pregunto y asentí, su rostro se ilumino. - ¡Sí! - grito/susurro.

—¿Entonces a dónde iremos, señor Mendes? - pregunté con formalidad y el rió.

—Bueno, francamente no lo sé, señorita. Creí que rechazaría mi petición, así que no tenía nada planeado - se encogió en su silla apenado.

—Oh, entonces improvisaremos algo.
- ambos sonreímos.

~~°~~

—Esta pizzería es realmente preciosa. - hablo Shawn mirándola, pues tenía temática de los 80s.

—Ya lo creo. - asentí y miré a los empleados que también vestían uniformes combinados con el lugar.

—¿Que van a pedir, jóvenes enamorados? - pregunto un señor no mayor a 50 años, listo para tomar nuestras órdenes.

Shawn y yo nos sonrojamos, sin embargo no dijimos nada respecto a cómo nos había llamado.

—¿Qué tal una de pepperoni? - cuestionó el chico castaño sentado a mi lado y asentí mirando aún el lugar. - ¿Y de tomar? - pregunto

—Dos gaseosas. - pedí y el sonrió.

—En camino. - dijo el señor y se marchó.

—¿Cuando sabrás el sexo del bebé? - preguntó Shawn y puso su mano en mi barriga.

—En un mes tendré ultrasonido y ahí sabremos. - dije mientras me enfocaba en sus ojos cafés.

—¿Puedo acompañarte? - pregunto tímido y sonreí.

—Por supuesto que sí. - asentí - Tu podrías ser el padrino de mi bebé. - comenté y él hizo una mueca.

—Tal vez Padre. - susurro apenas audible y lo miré sorprendida.

—¿De qué hablas? - pregunté.

—Hablo de que quiero hacerme cargo del pequeño. - dijo con seguridad, pero a la vez un ligero toque de nerviosismo se notaba en su voz. - Desde que nos conocimos estoy enamorado de ti, _____. Realmente no sé cómo no habías notado, creo que a veces suelo ser muy obvio. Te amo, y amo al bebé que llevas en tu vientre y nada me haría más feliz que me dejaras ser parte de esta familiar que poco a poco vas formando, pero siendo tu pareja. Sé que es algo pronto después de... Tu sabes, pero no importa, te daré todo el tiempo que necesites y te conquistare, y luego si me das la oportunidad, te prometo que seré un padre ejemplar y amoroso; y un novio comprensivo y cariñoso... - Shawn comenzaba a hablar algo rápido.

No sé porqué razón, tomé sus mejillas entre mis manos y estampe mis labios con los suyos.

Tal vez solo quería que se callará, o tal vez simple y sencillamente, sí quería probar sus labios.

Una especie de corriente me recorrió por todo el cuerpo, estaba sorprendida de mis acciones, y sabía que mi amigo estaba igual.

Sus labios eran suaves, muy suaves.

Nos separamos lentamente y al abrir los ojos, una sonrisa se plasmó en nuestros rostros.

—¿Eso quiere decir que sí me darás una oportunidad? - pregunto abriendo lentamente los ojos.

—Asi es, Mendes. - afirme y él dejó un pequeño beso en mi nariz, nos sentamos correctamente y llego el señor con la pizza y las bebidas.

—Aqui tienen, chicos. Provecho y si se les ofrece algo, solo llámenme. - dicho esto, se retiró.

—Woow, se ve muy apetecible. - dijo Shawn y reí.

La puerta de la pizzería se abrió, llamando la atención de más de una persona y entro un joven, seguido de una chica, quién miro todo el lugar hasta que su vista cayó en mi y mi acompañante. Sentí unas inmensas náuseas por lo cual me puse de pie.

—Shawn, tengo que ir al baño, no tardó. - me disculpé y salí corriendo a los sanitarios, aún siendo la mirada de esa persona.

Sabía que había notado mi pancita, pero sinceramente me daba igual.

Me metí a un cubículo y volví el estómago, suspiré y jale la palanca de escudado.

Salí y fui al lavamanos, me enjuague la boca y lave mis manos, estaba por salir hasta que ella entró y me miro fijamente, y luego mi vientre.

—¿Cuántos meses tienes? - pregunto - ¿Es de él? - sabía que se refería al castaño.

—No te incumbe. - respondí y estaba dispuesta a irme, pero su mano me tomo ligeramente del hombro haciendo que me detuviera.

RUIN | Dua Lipa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora