|Capítulo • 014|

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Narra _____:

Ya habían pasado tres meses, y esos mismo meses eran los que tenía mi pequeña Charlotte.

Todo va de maravilla con ella, los chicos la aman, siempre que vienen a verla, le traen regalos, en especial Shawn y Madelaine. Pero aún así, Charlie, el apodo que le pusieron Dinah y Joe, tiene un peluche favorito y es el osito que mi mejor amigo le hizo.

Sí hablamos de Martin, puedo decir que ya estoy más tranquila, pues ya está tras las rejas.

Con respecto a Dua, no estoy tan segura de haberla perdonado tan rápido, es decir, sí, la quiero; pero creo, bueno ni siquiera sé que creo.

Es muy amorosa con Charlie, se nota mucho que la ama, pero con respecto a nosotras, se la pasa celandome, es algo que no es muy de mi agrado. Cuando los chicos se enteraron que la había perdonado, se molestaron. ¿Y como no? Si ellos estuvieron durante durante los meses que ella no estaba, ayudándome a salir de una depresión y luego de que la bebe naciera la perdone, pero tampoco es como que lo haya olvidado todo.

—Cariño - me llamo Dua sacándome de mis pensamientos.

—¿Sí? - pregunté mientras terminaba de doblar la pequeña ropa de mi hija.

—Charlie ya se durmió - dijo acercándose a mi, le di la espalda y guarde la ropita en un mueble.

—Que bueno - asentí - últimamente anda muy despierta y necesita dormir.

—Lo sé, y pensaba que tal vez podríamos aprovechar. - sentí sus manos en mi espalda y luego como comenzaba a dejar besos en mi cuello.

—Ahora no Dua. - respondí pero al parecer no me escuchó, me tomo por los hombros y me dio la vuelta, haciendo que quedáramos de frente. - Dua... - antes de decir algo más, unió nuestros labios, ella me besaba con hambre y deseo, mientras que yo trataba de seguirle el ritmo, pero no podía. - Oye, no es buen momento. - dije una vez que nuestros labios estaban a cierta distancia.

—Shh, no hables. - hablo ella y trato de quitar mi blusa, mientras yo solo quería alejarla.

Al no poder quitarme la prenda, coló sus manos dentro de esta y empezó a acariciar mi abdomen, mientras sus besos seguían.

La tomé por los hombros y la empuje un poco, pero ella parecía no ceder. No tenía ni la menor idea, de porque no quería que Dua me tocará.

Una de sus manos bajo al cierre de mi pantalón y quiso bajarlo, pero esta vez me separé por completo de ella.

—Te dije que no, Dua. - acomode mi ropa bajo su atenta mirada.

—¿Por qué no? - pregunto acercándose más - Hace tiempo que no tenemos intimidad. - dijo pasando sus manos por mi cuello.

—Apenas ayer tuvimos sexo. - dije rodando los ojos.

—Sí, pero quiero más de ti, quiero que me hagas tuya - hablo mordiendo mi barbilla y la mire raro. Sus manos bajaron y apretó mis pechos oír encima de la tela, ocasionando que la empujará un poco más fuerte.

—Por eso pasó todo, porque no sabes controlar tus malditos  impulsos sexuales, ¿Y a donde te llevo eso? ¡A ser una jodida infiel revolcandote con el maldito de Garrix!-  exclamé con enojó y Dua permaneció quieta y sus ojos se cristalizaron levemente.

Ella trate de acercarse pero solo salí de la habitación azotando la puerta y camine a la de mi hija, tomé las llaves del auto y una pañalera que siempre estaba lista para cuando saliéramos.

Tape bien a Charlie y le puse un cobertorcito, la cargué y me puse la pañalera en el hombro, salí a la calle y abrí la puerta trasera del coche, recosté con sumo cuidado a mi pequeña en el autoasiento y dejé la mochilita a su lado.

RUIN | Dua Lipa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora