Capítulo 26.

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Los protegeré a todos.

El silencio en el gremio era aplastante, cargado de preocupaciones e inquietudes. Ni Kana se ahogaba en alcohol ni Gray se desvestía a primera de cambio. Solo un pequeño niño rubio sentado en la barra parecía estar bien con toda aquella situación y disfrutaba de un batido de chocolate sin pena alguna. Nadie podía comprender cómo podía estar tan tranquilo sabiendo que sus propios padres se estaban enfrentando en esos mismos momentos al mismísimo Acnologia.

—Oye... —murmuró por fin un niño de pelo azul y mirada dubitativa—. Silver se pregunta por qué no estás preocupado. ¿No son tus padres los que están luchando contra Acnologia?

Igneel, quien justo entonces se estaba terminando su bebida, dio un último sorbo bajo la atenta mirada de todos y giró en su asiento. Su expresión era seria y, en cierto modo, ofendida.

—Por supuesto que sí. Aunque sé que son fuertes, son mis padres después de todo —murmuró, cruzándose de brazos.

—¿Entonces cóno puedes estar tan tranquilo? —inquirió una adolescente rubia que estaba desparramada sobre una silla al fondo de la sala. Tenía una gabardina echada encima de los hombros y unos auriculares colgando de su cuello.

El niño, como toda respuesta, sonrió tal y como lo hacía Natsu de joven.

—Porque sé que están bien. Wahl-san —pidió.

El autómata, con un escueto asentimiento, extendió un brazo con la palma hacia arriba. De ella surgió de pronto un haz de luz azulado que, cuando llegó a la altura de su rostro, se expandió hasta crear un rectángulo. Poco a poco, comenzaron a verse colores moviéndose que adquirían mayor definición con cada segundo, hasta el punto de mostrar todo el campo de batalla que se había creado a varios kilómetros de ahí.

—Por desgracia, el dispositivo de sonido se dañó con la última explosión —explicó el Spriggan.

Sin embargo, nadie le prestó atención, concentrados como estaban en las imágenes que estaban viendo. En el holograma, un Natsu cansado se limpiaba el sudor que le caía por la barbilla, atento a cada movimiento que hacía Acnologia en su forma humana en medio de ese enorme cráter.

—Está...

—Sonriendo —murmuró Gray, completando la frase de Mira, tan perplejo como ella.

En efecto, una sonrisa curvaba los labios de Natsu hacia arriba, dejando en claro que estaba disfrutando de la batalla. Sus ojos se habían teñido de un rojo brillante, excitados y emocionados por el encuentro. A su alrededor, el resto de Spriggan tenía expresiones semejantes. Chronos, al lado de Natsu, brillaba en todo el concepto de la palabra y August, varios pasos más atrás, había adoptado una expresión seria y concentrada, intimidando con el color granate de su piel. Acnologia parecía estar furioso.

De pronto, una sombra se elevó sobre su cabeza.

—¿Ese no es...? —Levy no pudo completar la pregunta.

—Sip. Es Igneel —dijo el niño, con una sonrisa llena de orgullo—. Neinhart lo ha revivido temporalmente con su magia a petición de papá. O algo así escuché, lo cierto es que había mucho ruido por culpa de tantos ataques.

Ninguno supo qué decir al respecto, demasiado abrumados por lo que estaban presenciando como para poder pronunciar palabra. Sin embargo, había algo que nadie pudo pasar por alto.

—¿Por qué las manos de Natsu son negras? —murmuró Lucy sin darse cuenta pero dando voz al pensamiento en conjunto de sus compañeros de gremio—. Ya me había preguntado por qué llevaba guantes pero...

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