It'll Be Okay, Lloyd ©| ✓

Capítulo 20

Después de haber tenido ese cálido abrazo llegó la noche, yo me había quedado dormida, pero unos gritos chillones y bastante conocidos me despertaron. Era April y él, estaban discutiendo en el pasillo del hospital, también miré el momento en el que lo abofeteo y eso causó mi ceño fruncido.

—¡No fuiste a mi cumpleaños por estar con esa arpía!

—Hay cosas más importantes que ir a un cumpleaños, compréndeme.

—¿Más importante que el cumpleaños de tu novia?

—No eres mi novia, por favor vete.

Ambos se quedaron en silencio, ella dió un paso hacía atrás dolida por lo antes dicho.

—¡Me prometiste que te alejarias de ella y yo como una tonta te creí!

Me quedé observandolos, con el corazón latiendome a mil por hora, ¿Él de verdad le había prometido alejarse de mí? Sabía que era un idiota, pero no pensé que tanto, sin embargo, su respuesta llego rápido y firme.

—¡No todo gira entorno a ti, April! Cuando aceptaste salir conmigo te dejé en claro que Ibbie era alguien importante en mi vida. Me he alejado de mis amigos e incluso dejado de lado a mi madre por ti, pero ya basta, no pienso seguir haciéndolo para complacerte a ti.

—¡Soy casi tu novia y tengo más derecho!

Me acerqué hacía ellos, más específicamente a ella, estaba cansada que siguiera diciéndole lo que quisiera y que él no hiciera valer que merecia respeto.

—Lo insultas y lo abofeteas —la empuje con mi dedo índice—. Pero aún así tienes el cinismo de aparecerte por aquí exigiéndole un derecho que no te mereces y que no te corresponde porque no son absolutamente nada —saboreé las últimas cuatro palabras y la volví a empujar, esta vez hice que retrocediera un par de pasos.

Mi voz salió agresiva, él se encontraba en silencio, observandonos, había duda en sus ojos y muy probablemente era porque no sabía de quién ponerse de su lado.

—Me lo merezco desde que acepté salir con él.

—Bibi, regresa a la cama, ya te alcanzo yo.

Lo ignore y continúe, solo deseaba que alguien hubiera escuchado tantos gritos y hubiera llamado a los guardias de seguridad, además, ¿por qué mierda los guardias de seguridad nunca estaban en situaciones como estás?

—Entonces yo tengo derecho de antigüedad, maldita zorra egoísta.

—¿Cómo me dijiste?

—¿Te lo deletreo o qué?

Me soltó una bofetada, pero se la devolví con la misma fuerza que ella o peor porque la palma de la mano me quedó hormigueando, desde hace tiempo tenía tantas ganas de hacerlo y fue tanta mi satisfacción que cuando iba a hacerlo una segunda vez, Lloyd se metió tomándome de la cintura antes de que ella se tirará encima de mí.

Al poco tiempo habían llegado dos guardias de seguridad para sacarla.

Fue una gran satisfacción ver el proceso donde ella pataleaba y gritaba que la soltaran.

Me senté en la camilla y él llegó con un botiquín de primeros auxilios, se colocó entre mis piernas mientras me daba un sermón sobre que no debí haber salido.

—No debiste haber salido, mira como te dejó la mejilla —musitó despacio, pasó la yema de sus dedos por mi mejilla lastimada y eso me hizo cerrar los ojos un momento.

—Como diría Ailian, es una verdadera gata y un grano en el culo.

Él soltó una leve risita.

Nos quedamos en silencio, él limpiaba mi mejilla y yo miraba cualquier cosa menos su cara, porque de hacerlo terminaría rojisima.

—Gracias por... Por eso, no tenías que hacerlo —me dijo en tono bajo—. Sobre lo que dijo April de que le prometí alejarme de ti, lo hice cuando estaba borracho, no sabía lo que decía y ciertamente no lo haré. No puedo alejarme de ti, Ibbie.

Mi sonrisa se hizo grande al haberlo oído decir aquello, aunque sabia que lo decía porque soy su mejor amiga, así que terminé reemplazando mi sonrisa por una mueca al pensar en eso y fingi que era de dolor cuando pasó sus dedos por mi mejilla, poniendo un poco de pomada para desinflamar.

Su cercanía me dio muchos mini infartos, pero intenté controlarme cerrando los ojos.

Ahora que la adrenalina había pasado sentía la mejilla abultada y caliente.

—¿Estás bien? —le pregunté y él solo asintió con energía.

—Sí, solo que ahora estoy mucho más seguro de lo que haré con April.

—¿Qué harás?

—Ya verás.

Besó con emoción mi frente y cuando terminó de ponerme la pomada en la mejilla, me arropó. Se sentó a mi lado hasta que pude conciliar el sueño, me dormí con mi mano entre las suyas.