19.- De caminó.

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Los chicos estaban en el sillón de la sala, Freddy y Fred mantenían el control al mismo tiempo. Se habían quedado con la misma ropa pues lo que hizo Junior hecho estaba. Estaban hechos bolita abrazando sus piernas mientras veían afuera por los vidrios que revelaban mucho la casa.

El rubio estaba sentado de buena forma en el mismo sillón.

Estaba arreglado, iban a intentar llevarse bien, sería difícil por todo el odio mostrado anteriormente.

Golden jugaba con sus dedos, el silencio era increíblemente incómodo, pero parecía que el chico de ojos azules no quería tomar palabra por ahora, sabia que estaban en paz nadie intentaría volver a hacer algo malo contra el otro. Aún así los ojos del chico, su cambio de actitud y demás le hacia dudar de con quién estaba tratando. Se sentía intranquilo, como si fuese el único contra algo desconocido.

Algo desconocido... ¿Debería meterse a tratar de conocerlo? Era algo básico pues serian socios, sin contar que también se casarian por ley.

Miro de reojo al chico y se acercó a este en el sillón, se sentía tonto al pegarse junto a este de esa manera.

–Y... ¿Qué te gusta hacer? -Se atrevió a preguntar para iniciar conversación con aquel diablo-

Ambos Fazbear unidos en el mismo cuerpo voltearon a ver al otro, saliendo del trance en el cual estaban viendo el vidrio. Para ellos fue normal voltear a verle, pero el rubio al ver como se movió y su expresión sin alguna mueca le dio mal gusto haciéndolo incomodar aún más.

Se estremeció un poco para escuchar al chico después de un corto silencio.

–Umm, ¿Diversas cosas? -Dijo el chico más como pregunta que como respuesta. Pues hacia varias actividades en las clases donde iba, donde ahora mismo estaba faltando.-

Fred quiso responder pero el castaño habia quedado en hablar, ya tenían cada uno un control en esos momentos del cuerpo.

El rubio vio que el chico no era bueno cooperando en conocerse. Eso le enojaba de algún modo, pero le dio igual al final.

–Creo que podemos estar de acuerdo al decir que no queremos estar aquí -Hablo el rubio, refiriéndose a que estaban en aquella casa alejada de todo.-

El castaño le dio la razón comenzando una pequeña conversación algo incomoda.

El señor perfección se estaba muriendo por dentro, quería correr hacia afuera de esa casa y buscar el maldito broche. ¡Había perdido el broche! Agh... se sentía tan tonto al preocuparse por aquello, pero era algo caro y bonito. Dejo al castaño a cargo del control, haciendo que este se extrañe un poco pero siguió conversando con el rubio sobre cómo volver a sus casas.

Así hasta al fin de un rato decidir llamar a sus padres, pero eligiendo quien de ambos lo haría. Los dos quedaron en llamar a la casa.

Explicarían que se habían entendido y que ahora todo iba bien, que seguirían con su día a día aceptando aquello obligatorio. Por supuesto sus padres los mandaron allá para que su relación se desarrollará por lo sea necesario de tiempo. Pero ambos no querían tener una relación amorosa, querían simplemente vivir con bien emocional y no el dolor de estar con quien no quieres. Aquella ley era una mierda en su punto de vista, de los jóvenes e muchos más.

La charla si que fue larga, dando algunas muchas mentiras sobre lo que sucedió, y bueno al final ganando su objetivo. Por supuesto con muchas dudas pero alegres los padres de escuchar a sus hijos juntos, se oían en armonía y bienestar.

Claro de ahora en adelante debían tomar una actitud linda con el otro frente a sus familias. Lo cual no sería nada cómodo...

•••

Los días siguientes mayordomos y guardias habían llegado a aquella casa, ayudando a mudar nuevamente a los chicos de regreso a casa. Estos estaban confundidos pues el tiempo que duraron fue menos de una semana, pero los padres de los chicos en cambio estaban felices y esperanzados de que estos hayan desarrollado un mínimo cariño al otro.

Varios de aquellos trabajadores de la familia Golden veían totalmente extrañados a un chico de cabellos castaños que además de traer ropa algo holgada, estaba hurgando en la basura.

Que chico más raro, era aquello inevitable de pensár.

Mientras Fred tenía el control estaba buscando con su existencia el broche que perdió, no se iría sin el eso estaba claro en su cabeza.

Se había hecho un cortada con los vidrios de la mesa que rompieron ambos Fazbear's, mientras buscaba el lindo y caro regalo que recibió.

Cuando por fin lo encontró sus ojos se iluminaron como los de un cachorro, tomando con cuidado y inspeccionando si estaba bien el broche. Al ver que estaba bien no evito sonreír.

No entiendo, ¿Que tienes con eso? -Pregunto Freddy confundido por la inmensa alegría que portaba el azabache y la importancia que le daba a aquel pequeño broche.-

–¡Ya te lo eh dicho! Es un pequeño regalo caro de oro, y puede valer buen dinero -Dijo el de ojos vacíos sin dejar su enorme sonrisa.-

Acomodo el broche dorado en su cabello haciendo relucir la rosa de color rojo carmín. Freddy solo miraba la estupida sonrisa vanidosa del azabache, suspirando sin más.

–¡Fazbear! ¿Que haces? Vámonos -Hablo el rubio, caminando hacia la limusina mientras que los mayordomos terminan de arreglar todo.-

Fred frunció el ceño, odiaba a ese idiota pero bueno... era un idiota rico, y su socio ahora. Ignorando el dolor de su mano que sangraba por el corte, pensaba que su preciosa mano terminaría con una horrible marca haciéndolo esto enojar, pero tenía lo que quiso por lo menos.

Corrió hacia la limusina donde todos ya estaban dentro, subió con cortesía de un trabajador de la familia, y se sentó contento de largarse de ese lugar.

Freddy solo frunció el ceño en forma de puchero, toda su ropa había terminado en sepa que parte del bosque y ahora tenía que aceptar parte del trato de Fred con respecto a ser socios.

Ahora camino a casa, camino a un plan, camino a su destino... o tal vez no.

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¡Hola! Tranquila familia este fanfic continuará UwU

Ahora si empezamos con un plan, ¿O no?

Comprometidos al nacer (Golddy/Goldred) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora