Comprometidos al nacer (Golddy/Goldred)

22.- Tus ojos

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¿Por qué yo? ¡¿Por qué YO?!

Iba en la limusina camino a las tontas clases que tiene Fazbear.

No quería ir pero el papel que estamos tomando me obligó. Veníamos sentados en el asiento mirando cada uno por una ventana. Quería evitar hacer una mueca desagradable pero en verdad era desagradable tener que acompañarlo.

¡Gracias, mamá! Que se note el sarcasmo, pues ella fue quien dio la gran idea de que fuera con el pues las clases eran en pareja.

Aquí todo es en pareja, hay restaurantes, cafés y demás para parejas, por supuesto ya que en este país todos tienen pareja desde que naces. Aja... aquí no se puede decir que estas soltero, seria una broma decir eso. Pero claro se puede decir que estas solo porque enviudaste. Seria fantástico ser viudo.

Me dedicaba a escuchar la música de la limusina y ver la ventana, concentrado en lo mío.

Ojalá que no haga cosas ridículas o- ¡¿Que demonios?! Me giré a la velocidad de la luz al sentir que tomaban mi mano viendo como Fazbear la tomaba con tranquilidad. ¿Que diab-...?

– ¿Que estás hac-...? -Iba a quitar mi mano y exigir una explicación pero el solo apretó mi mano en un intento de no soltarla.-

Todos parecen querer cortar lo que digo en día de hoy.

Fue el colmo cuando lo vi sonreír de forma divertida. ¡Y se mofaba! ¿Era esto una clase de juego para molestarme? Parecía que sí.

Lo peor es que no me dirigía la mirada, solo miraba la ventana o otro lado de dentro.

Insistí en alejar mi mano de la suya pero seguía apretando, decidí apretar también. Note una mueca de dolor y que también presiono más.

Así seguimos apretando más y más, nos estábamos lastimando pero parecía una competencia. Lo "gracioso" es que nadie decía nada.

– ¡Ah, ya ya! ¡Estaba jugando, suelta! -dijo entre risas camuflando el dolor.-

Le solté y el a mi, comenzó a reír como tonto mientras se acariciaba la parte lastimada, yo hacía lo mismo.

– Que estupido juego -Dije entre dientes, notando que mi anillo de compromiso se había marcado un poco en mi piel.-

– Eres aburrido, me aburro, no dicen nada -Se quejo entre lo que parecía un puchero, pero lo que me llamo la atención fue que hablo de dos personas cuando solo estábamos el y yo.-

Decidí ignorar el posible error y ya viendo mejor mi mano menos dolida me dirigí a verlo.

– ¿Y? ¿Tomando mi mano tenías planeado comenzar el juego de fuerza? -Dije algo sarcástico, pues además de la tonta idea. ¿Porque tomo mi mano y no fue directamente a apretar la? ¿Porque espero hasta que yo deseara apartarla?.-

Rodo los ojos y fue allí cuando pude ver estos mejor al ponerle atención, ¿Que...?

Me sobresalte, ¡¿Quien no lo hace al ver que sus ojos están de ese color?! ¡Yo sabia que este chico era un demonio pero no literalmente!

Me alejé en mi asiento pero fue para nada ya que abrieron la puerta de la limusina ya que llegamos a nuestro destino. Baje de esta apurado, me había asustado enserio ver... eso... ¡Diablos!

•••

– ¡Fred! ¡¿Pero qué hiciste?! -Baje del medio de transporte a mi velocidad intentando no llamar la atención. Había visto a Junior salir de forma rápida, pero se veía algo extraño.-