CAPITULO DOS

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POV: ANASTASIA


Los hombres detuvieron la sangre y luego cocieron las heridas de entrada y salida, como si esta ocurriera todos los días. No me dieron nada para el dolor, y yo era demasiado terca para preguntar. Una gruesa pieza de gasa fue envuelta alrededor de mi hombro, escondida debajo de mi camiseta, así que no sobresalí como un pulgar adolorido.

Me tiraron en la parte trasera de la camioneta escalade antes de que me acompañaran al centro de Florencia. Eran las cinco de la tarde, pote el sol todavía brillaba por qué era verano. Nos aventuramos por las calles estrechas hasta que nos acercamos a un edificio antiguo. Con un toque de un botón, una puerta de un garaje subterráneo se abrió, y descendimos.

No estaba bien que me permitieran ver a dónde íbamos. Podría haber roto la ventana con el codo y saltado del auto en cualquier momento. Pero si realmente tenían a mi padre, correr no era una opción. Sin importar nuestras diferencias, éramos familia. Él bajaría su arma. Por mi en un instante... al menos, esperaba que lo hiciera.

Nos adentramos en la oscuridad del garaje subterráneo. Otros autos caros estaban estacionados en los espacios, todos eran todoterrenos y negros. Después de estacionarnos, salimos del auto. Los dos compañeros trataron de esposarme.

Le di una patada en la espinilla a una de ellos.

__¿ Estas bromeando? Me redí y me dispararon__ apretó la mandíbula antes de que me volviera a agarrar la muñecas.

Como una yegua salvaje, lance mi pierna hacia atrás y lo golpeé. Jack levantó la mano.

__Déjala ir. No nada puede hacer de todos modos.__

El chico finalmente me dejo ir. Le di una patada de nuevo de todos modos, golpeándolo en el tobillo. No dudo en golpearme con fuerza en la mejilla, antes de darme la espalda, haciendo que mi cuerpo girase con el impacto.

Me moví con el impulso y casi caí al suelo, pero recuperé el equilibrio antes de que pudiera ocurrir ese evento humillante. Me enderecé de nuevo y lo fulmine con la mirada, ignorando la sensación de hormigueo en mi mejilla.

Señaló frente a él.

__Camina, perra. __

__ Sabes, me estoy cansando un poco de este apodo.__

Me puse delante de él y seguí a Jack.

Jack me abrió la puerta y dirigió el camino.
__ espero que no. Te queda muy bien.

Estuve tentada de darle una patada en la parte posterior de la rodilla, pero Jack haría algo peor que abofetearme. Ya estaba sufriendo una herida de bala, y no quería que me dieran una puñalada.

El me condujo a la construcción y más allá de un bar donde los lacayos estaban disfrutando de su bebida después de un día largo de actividades criminales. La mayoría de ellos me miró de arriba a bajo como si fuera un juguete de los que dispondrían en algún momento de la noche.

No va a suceder.

Me llevaron a una habitación privada. Con paredes negras y espejos con marcos negros, se veía como una habitación privada en un club. Había un bar allí también, pero en lugar de tener un camarero, solo había un hombre mayor en un traje negro. Se sentó en uno de los sillones de cuero que daba a una mesa negra de café. Había tres vasos de whisky en la superficie. Estaba segura de que uno de ellos era para mi. Los matones cerraron la puerta detrás de nosotros, dejando a los tres solos.

El banquero   (Lo poseo todo ahora la poseo a ella) libro #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora