Capítulo 4

8.9K 466 14
                                    

—Al fin te encuentro —alzo la vista y veo a Javi—. Llevamos un buen rato buscándote.

—¿Llevamos?

—Yon y Teo también han salido a buscarte —coge el móvil y llama a alguien—. Será mejor que les avise.

Tiene una breve conversación con mi hermano en la que básicamente le dice que estoy bien, enseguida cuelga y vuelve conmigo.

—¿A dónde quieres ir?

Le miro de reojo, sorprendida. ¿Qué quiere decir con eso de "a dónde quiero ir"?

—No conozco mucho la ciudad, así que no pretendía ir a ningún sitio en concreto.

—¿Entonces quieres volver a casa?

—Aún no.

—Eso creía —me dedica una sincera sonrisa—. Vamos, conozco un buen sitio.

Javi empieza a caminar y le sigo sin hacer preguntas. Cogemos un pequeño autobús y subimos por una carretera de montaña. Cuando bajamos en una de las paradas, él inicia la marcha de nuevo, sin decir nada.

El lugar me suena, por lo que entrecierro los ojos mientras intento recordar de qué. Tras varios segundos se viene a mi mente la escena de la película A tres metros sobre el cielo en la que Hache hace dominadas en un mirador.

—¡Aquí grabaron A tres metros sobre el cielo!

—Sabía que te gustaría, a todas os gusta.

Ignoro su comentario y sigo a lo mío.

—¡Qué guay! ¡Sácame una foto! ¡Mi amiga Ana va a flipar! Cuando teníamos trece años vimos esa película cientos de veces.

Le doy el móvil a Javi y me alejo un poco antes de posar.

—¡Pienso subirla a Instagram ahora mismo!

—Menuda sorpresa: una chica que sube todo a una red social —bromea.

—Ven.

Le quito mi móvil, me pongo delante de él y saco la lengua antes de sacar un selfie de ambos.

—¿También la vas a subir?

—Si me dejas, sí.

Me quita el móvil y empieza a teclear algo.

—¿Qué haces?

Lo primero que pienso es que va a borrar la foto, pero enseguida me lo devuelve y veo que no es así. Miro mi Instagram, hay una historia colgada, la abro y es nuestro selfie. Se ha agregado a sí mismo en mi cuenta, se ha etiquetado en la foto y ha puesto "está soltero, agregadle".

—¿En serio? —le miro con las cejas alzadas y él sonríe.

—Por si se anima alguna interesante.

No sé si bromea, por si acaso le doy un golpe en el pecho y niego con la cabeza. Otro creído... Aunque creo que seremos buenos amigos, me cae bien.

Mientras volvemos a casa le miro detenidamente: es moreno, de ojos claros, no debe llegar al metro setenta, con los músculos bien definidos... Es guapo, y está fuerte, pero no es mi tipo. ¡Y menos después de ver a Yon! Javi parece un chico del montón si los comparas.

—Tu hermano te quiere mucho —le miro de reojo y me encojo de hombros—. En serio, ha hablado de ti un montón de veces. Aunque nunca nos había contado lo de vuestra hermana.

—Ya, no es un tema que toquemos mucho.

Javi asiente sin apartar la vista de la carretera.

—Debió ser muy duro.

Tu ausencia me llevó hasta élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora