Capítulo 11

7.2K 414 32
                                    

Yon ha salido con la chica que le habló ayer. He intentado no pensar mucho en ello, pero lo único que he conseguido ha sido entrar en un bucle de pensamientos tóxicos.

¿Por qué me molesta si no quiero nada serio con Yon? ¿Tan posesiva soy? Espero que no, quiero pensar que es porque no estoy acostumbrada a esta situación.

Javi me da un golpecito en la nariz.

—¿Estás bien?

—Sí, estaba pensando en mis cosas.

La verdad es que estoy un poco preocupada: ¿puede que sea una persona celosa y no me haya dado cuenta hasta ahora?

Mi hermano sale al comedor sin camiseta, con un pantalón corto de chándal, y se sienta a ver la televisión con nosotros.

—No me lo puedo creer.

—Hace calor —se excusa.

En la vida le he visto ir sin camiseta por casa. Hay quién lo hace por costumbre, como por ejemplo Yon, pero mi hermano nunca ha sido de esos. Le miro de reojo y veo que se mira los abdominales e intenta marcarlos más.

¡Qué vergüenza! Y todo porque viene Ana...

En cuanto oigo el timbre, salgo corriendo a abrir la puerta bajo la atenta mirada de mi hermano y de Javi. Ambas empezamos a gritar mientras Ana sale del ascensor y se acerca a mí.

—¡Te he echado muchísimo de menos! —grita Ana mientras salta a mis brazos.

—¡Y yo a ti!

Nos abrazamos lo más fuerte que nuestros brazos nos permiten y sonreímos como nunca. La he echado mucho de menos.

—Ven, te presento —la cojo del brazo y ella agarra la maleta—. A mi hermano ya le conoces —ella asiente y le da dos besos—, y él es Javi.

—Encantada —dice Ana mientras se acerca para darle dos besos.

—Igualmente.

—Vamos a dejar la maleta, tengo mil cosas que contarte —digo mientras la arrastro por el pasillo.

—Pues anda que yo... ¿Te acuerdas de Jaime?

Me sabe mal, porque sé que mi hermano aún nos está escuchando, pero esto es lo que hay: Ana es así. Cuando acaba de explicarme sus aventuras con Jaime, y con otros tres chicos, le cuento todo lo que ha pasado con Yon. Ella se emociona en más de un momento y se sorprende en muchos otros.

—¡Te has desmelenado! Si llego a saber que ibas a cambiar tanto me vengo aquí contigo.

—Tampoco te pases —digo entre risas.

—Bueno, estás en proceso. No te preocupes por Yon, tú misma lo has dicho: no quieres nada serio por ahora. Vive y deja vivir. Disfruta del momento.

—El carpe diem como filosofía de vida está muy bien, pero no acabo de adaptarme a esto, enrollarme con alguien sin ser nada no es lo mío.

—Hazlo con un par más y verás cómo te adaptas.

Me encojo de hombros. Nunca he sido de esas chicas, y me cuesta imaginarme siéndolo.

Seguramente Yon está haciendo de todo con esa chica...

—Esta noche salimos —digo con voz firme—. Y me voy a ligar al chico más guapo que haya en la discoteca.

—Eso si no te lo quito yo antes.

Mi amiga está emocionada, le brillan los ojos mientras sonríe de oreja a oreja. Nunca me ha visto así, siempre he sido la mamá del grupo en cuestiones de chicos, la que le hablaba de lo peligroso que es ir con desconocidos, la que le recordaba la cantidad de enfermedades de transmisión sexual que puede tener una persona, la que le leía noticias de chicas secuestradas o violadas en discotecas... Desde mi punto de vista soy la que tiene cabeza y mantiene los pies sobre la tierra en todo momento, desde el punto de vista de Ana soy la que le corta el rollo cuando quiere ligar con un extraño.

Tu ausencia me llevó hasta élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora