¿morirías... por amor?

¿CITA?

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¿Te acompaño?—dijo de repente, ese chico sí que era extraño, como se atrevía a decirme de esa manera, cuando me llamo gatita.

- No! Como te atreves imbécil.—dije,

- Bien, por dónde vives. Mira que eres afortunada, no subo a cualquier chica a mi moto.o de galleta o te has copiado?—levante las cejas.

Scott no podía ni hablar estaba tan golpeando que tosía sangre fui por el botiquín de primeros auxilios que tenías en casa, empecé a desinfectar las heridas que tenía sobre él rostro, la abuela fue a llámale al doctor. Cuando llego él doctor lo reviso dijo que estaría bien. Rato después Scott se miraba mejor , se había quedado dormido, después de unas tres horas despertó.

- Scott!! Que te paso ¿estás bien?—dije preocupada.

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- No sabía que lo habías pedido.—JD volteo dónde tenía mi mirada.

Observe que apretó los puños y su mandíbula temblaba un poco, volteo a verme y fingió una sonrisa. Este chico infinitivamente era extraño, un segundo era educado y genial y al otro un maldito engreído violento que realmente me repugnaba, solo había aceptado esto para que dejara de molestarme ese era el trato venir con él y que me dejara de molestar, así no iba a tener problemas con mi mejor amigo y con ninguna de sus zorras, no era que me importara lo que dijeran esas estúpidas niñas bobas, pero daba pena que se pelaran por un chico como JD que simplemente no valía la pena, era un cretino, un engreído de lo peor, mucho más que Scott eso ya es decir mucho. JD no me conocía y no sabía lo yo era capaz de hacer para mantenerlo lejos de mí, podía contarle algo que realmente le asustara y se alejar corriendo de mí, y que mi maldita vida volviera a la normalidad, claro si es que se puede decir normalidad, o simplemente como era antes de que se pusiera en mi camino desde el momento que me dirigió una palabra, no quería involúcrame con nadie, y mucho menos con alguien como él. Yo encargaría de que me dejara en paz para siempre y no tener problemas más adelante si teníamos una amistad, porque da la casualidad que mis dos mejores amigos era unos cretinos y cerdos bueno Scott más que Javier pero aun así, porque tengo ese imán de atraer amigo cerdos y cretinos como estos tres? Bueno JD no es amigo solo un compañero que quiero que me deje en paz, y con mi indiferencia y agresiones espero alejarlo, así aleje a muchos funciono, y mucho, durante la secundaria y la preparatoria funciono, solo se quedaron los que verdaderamente en mis amigos, los que en verdad toleraban mis estúpidos cambios de humor , no digo que era una bipolar, pero si tenía mis cambios de humor repentinos y eran frecuentes con chicos que solo querían meter mano.

- Qué atención pones.—me dijo. Me encogí de hombros.

Observe nuevamente a los sujetos que reían en el otro lado del local de qué demonios se ríen y miran hacia acá. A caso tengo algo en la cara? O que le pasa, uno de ellos se me hizo conocido Brandon uno del equipo del futbol donde jugaba Scott a veces, me miro ambos nos miramos a los ojos, su sonrisa desapareció cuando vio mi rostro y fue cuando yo susurre.

- De que se ríen, ¿acaso tengo algo?—pregunte, era una pregunta para mí, no para JD.

- Es que eres muy linda. —me dijo, trate de no sonreí pero fracase.

La mesera llego con los dos helados y un paquetito de galletas oreo. La chica le aventó una mirada a JD coqueteándole, lo note dese que entramos, no es que me importara pero esa chica era más obvio que las directas de JD sobre quererme en su cama.

- Es promoción dos helados de galleta, te regalan un paquete de galletas.—dijo la chica dejando la orden en frete de nosotros. JD sonrió, también sonrió. La chica le sonrió una vez más a JD pero este ni siquiera la volteo a ver.

La chica se fue y JD le dio una cucharada a su helado, me miro y sonrió.

- ¿Pedir un helado de galleta y que te den más galletas? Esto es nuevo.—protesto, tomando el paquete de galletas, muy animado. Nunca lo había visto así, era como si le dieran una paleta a un niño después de llorar por horas.

- ¿Has venido antes aquí?—negó, dándole un mordisco a una galleta.

- Nunca he tenido una cita. Solo noches de pación.—sonrió, lo mire asqueada.

Por Dios es enserio porque carajos tenía que soportar esto yo. Suspire.

- No la has tenido, esto no es una cita JD.—el suspiro

- ¿No? ¿Y entonces?—me encogí de hombros. Solo es para que dejes de joderme la existencia

- Es simplemente para que dejaras de molestar.—se echó a reír.

- ¿En serio crees que dejare de hablarte?—negó rotundamente, con un poco de helado en su boca.—no cariño nunca.

- Pero… eres un imbécil, me has prometido dejar de molestar si venia aquí contigo.—el negó. Dándole otro mordisco a su galleta

- Si nunca te he hecho tal promesa, te he dicho que lo intentaría.—sonrió—pero… hada. Es inútil intentarlo nunca podría dejar de hablarte, eres… perfecta.—me ruborice.

Porque lo hice, nunca me había ruborizado, este chico tenía algo que hacía que lo hiciera, ni el mismo Scott pudo hacerlo durante tanto tiempo, era un verdadero dolor de cabeza y hablo de JD

Escuche que lo tipos que estaban en la parte superior dijeron “JD” voltee a verlos y reían pase mi mirada a JD y observe que tenía el puño cerrado, tratando de controlar su mandíbula temblar. Dio un golpe a la mesa parándose tras sí, me sobresalte. JD fue con esos tipos, los chicos guardaron silencio cuando miraron a JD parado a su lado. JD se agacho en la mitad de la mesa diciéndoles algo, no supe que fue lo que les dijo, los chicos solo asintieron y se pararon dejando dinero en la mesa, estos me miraron y salieron por la puerta principal. La mesera le dijo a algo a JD tomando el dinero que había en la mesa, JD negó y regreso conmigo, está un poco fastidiado y molesto. Que era lo que le había dicho para que salieran como gallinas, sea lo que sea que JD les habría dicho, estos fueron unos cobardes de lo peor, que reputación tenia JD, todo el equipo de futbol se fue ante las palabras de JD que cosa que no fueron muchas, una amenaza de golpearlos tan vez? O solo un pequeño chiste de “ me la llevare a la cama ahora largo” no dudo de que esa opción sea más razonable o también pudo decirle “primero me la echo ya después ustedes pueden ahora largo” se me ocurrían varias frases mas que JD bien pudo decirles a esos chicos. Pero nunca, nunca en mi santo juicio me acostaría con ese idiota que tenía enfrente.

- ¿Qué paso?—pregunte intrigada. El me vio negando suavemente.

- ¡No pasó nada!—dijo tratando de sonar calmado. Suspire.

- Si tú dices. Pero eso no parecía nada que acaso le dijiste una de tus estúpidas frases.