¿morirías... por amor?

Jackson

-          ¿Vivo?—mentí.—me estás jugando una mala broma?—me tomo del brazo

-          No te hagas la que no sabía, tú y Scott siempre han estado juntos desde niños.

-          Él murió yo lo vi quemarse.

-          También vieron que te quemaste pero... mírate aquí estas.—volvió a sonreí.

-          me puedes soltar, no quiero que me vuelvas a tocar con tus asquerosas manos.—él me soltó de mala gana.

-          Dime dónde  está Scott.—me apunto con un arma en mi estómago.

-          Qué? Me vas a matar?—dije sonriendo, trataba de no parecer que estaba muy asustada  pero por dentro moría de miedo  .

-          Sabes que si lo hago.—sonreí

-          Hazlo—tome su mano y encaje más el arma a mi estómago. Él me miraba a los ojos.

-          Crees que no lo aria.

-          No, no creo eso al contrario. Creo que eres lo suficientemente inteligente para no hacerlo, tu jefe no me quiere muerta si no viva.—él bajo su arma y la aguardo, reí.

-          Pensé que habías muerto.—dijo otra voz, voltee y vi a Jackson  apuntarme con un arma. Sonreí.

-          Ya había escuchado eso. Y te digo lo mismo " también pensé que moriste" que lastima.—él sonrió

-          Lo mismo digo.

-          Que quieres Jackson.

-          Quiero a mi hijo.

-          Lo mataste.—me golpe con él arma, Donald me agarro para no caerme.

Tome mi labio y vi sangre corrida en mi mano. Yo sonreí, hace tiempo que no me divertía tanto. Esa pequeña adrenalina que tenemos estaba corriendo por mis venas en estos momentos, el  miedo que sentía desapareció en el segundo que vi a Jackson

-          No lo mate.—empuje a Donald para que dejara de sujetarme.

-          Scott murió, yo sobreviví porque alguien me saco del coche. Fingieron mi muerte no sé porque motivo no es mi culpa ahora si no te molesta tengo un compromiso.—trate de irme, Jackson me tomo del brazo y me pego  a la pared.

-          Necesito ver a mi hijo.—grito

-          Para que!!! Para volverlo a violar, para volverlo a tocar, para volverlo a ver como tocabas a su mejor amiga!!!!—casi se me salían lágrimas en los ojos. Él volvió a golpearme con la mano abierta.

-          Deja de golpearme maldito bastardo. Sabes quién soy Jackson tengo los hombres de Eliot aquí mismo apuntándote solo a ti

-          También tengo mis hombres.—sonreí.

-          Cuando tus hombres pongan una bala en mi cráneo los hombres de Eliot te meten 10 en el tuyo.—él se alejó de mi mirando hacia el cielo y los edificios.

-          Eso no es verdad.—dijo nervioso.

-         ¿ Quieres intentarlo? ¿Quieres arriesgarte? Eliot vino hace más o menos 3 semanas o más, y apuesto que dejo hombres a mi cuidado así que hazlo no tengo para que vivir.

Él se me quedo viendo unos segundos, traspaso su mirada a los techos de los edificios. Sonreí un poco aliviada, la verdad era que ni un hombre de Eliot estaba aquí.