¿que eres para mi?

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- Si tú dices. Pero eso no parecía nada que acaso le dijiste una de tus estúpidas frases.

Me volteo a ver esperando que continuara de hablar y así lo hice.

- - Tal vez le has dicho que me intentaras llevar a la cama y para hacer las cosas más fáciles que se fueran intimidados para ser mi héroe?

- - ¿Soy tu héroe? – sonrio

- - No.—dije sin más.—y dime que palabras utilizaste esas o tal vez “me la echare y después la dejo, ahora largo para terminar mi trabajo”

- - Sí que tienes imaginación Hada.—sonrió, se inclinó hacia mi.—no soy esa clace de chico, al menos no contigo.

No conmigo o sea que si lo ha hecho con otras chicas, woou este sí que es un maldito cerdo cretino de lo peor, nunca me cansare de maldecirlo. Carajo como odio a este hombre, por Dios sandara porque aceptaste venir con él, solo me traerá problemas, muchos problemas tal vez para mañana este en boca de toda la universidad, y diablos que are, es mejor que me aleje de una buena vez.

- - No intentes irte, no por favor.—dijo con voz camada, o Dios JD porque dijiste por favor.

Bien intentaría pasar eso, tal vez lo subestime, tal vez no era así tal vez solo era la pinta de chico malo para ocultar algo, o tal vez tenía la pinta de chico malo y en verdad era un chico malo. Ahí el dilema… Pasamos la tarde platicando y riendo sobre la niñez de JD y su aventada adolescencia, en cada problema que se metía JD. Si supiera mi adolescencia lo que estaba diciendo de él, no era nada a comparación de la mía, mi niñez y mi adolescencia fue toda una mierda. Y eso sin contar de, que mi mejor amigo era Scott.

- Golpee una vez a un amigo por decirme que era inmaduro.—me eche una carcajada

- ¿Nada más porque te dijo inmaduro?—él sonrió y asintió.

- Era no se tenía 14 años creo pero lo dijo delante de una chica que me quería ligar ella se rio y por eso lo golpeé! – no paraba de reí.

- Venga JD es enserio? Te querías ligara una chica y porque tu amigo te dijo inmaduro lo golpeaste.

- Soy muy impulsivo. —se encogió de hombros.

- Ni que lo digas.—él se rio, tenía una sonrisa muy linda tengo que admitirlo, pero eso no importaba, había visto mejores… verdad diablos que ahogo con esto.

Iba a decir algo pero sonó mi teléfono mire el registrador y era mi padre. Carajo mi padre, no sabía que había salido a tomar un helado, ni siquiera le avise, mi padre era la típica persona que decía “mientras vivas en mi casa me tienes que pedir permiso para todo” suspire y conteste.

- ¿Sí?—con sellan de que no me regañara, cruce los dedos para que eso no pasara, mire a JD que miraba mis manos y mi rostro de demente.

- ¿Dónde estás?—me pregunto, escuche su voz molesta. Lo sabía estaba en problemas, pero Dios ya no era una niña.

- He venido a tomar un helado.—dije, casi intimidada.

- Con quién?—guarde silencio, mire a JD quien me observaba

- Iré para haya ahora.—dije y colgué. Eso me iba a traer más problemas JD hacia que hiciera cosas que nunca aria como… colgarle a mi padre, era la primera vez que lo hacía, y sé que iba a traer consecuencias.

El me vio y mire que se apagó su mirada un poco triste. Por un segundo quería saber en qué estaba pensado, que era lo que pasaba por la cabeza de JD cuando me miraba de esa forma, esa mirada que no podía explicarme.

- Supongo que te tengo que ir a dejar.—asentí

JD me había dejado en mi casa, me despedí de él con la mano estirada y una media sonrisa, entre a casa pero no había nadie en casa porque me habla si él no iba a estar, fui al refrigerador y había una nota ”tuve que salir tu abuela fue a jugar canasta, Emily salió desde temprano, más te vale que no hagas tonterías señorita… PD: te amo cachorrita” Si que mi padre era extraño, prendí el radio y lo puse a todo volumen me puse a limpiar la casa, al llegar al cuarto de Emily mire que su cama estaba distendida, la papelera repleta, ropa tirada, libros por todas partes y cremas en la cama. Su recamara tenía un color verde limón con uno que otro poster, en la mesita de lado tenía una fotografía de ella con un chico, abrí su cajón para poner sus cremas y mire un lubricante me estremecí, cerré el cajón lo más rápido que pude.

- Eres una maldita!!—me dijeron, volteé y mire a Emily parada.

- “Gracias hermanita por limpiar mi cuarto” de nada Emily.— dije, tratando de hacer su voz, pero digamos que mis imitaciones no eran muy buenas

- Nadie te dijo que limpiaras mi cuarto.—protesto molesta. Después de que le hago un favor me recibe de esta manera

- Lubricante? Para que quieres eso?—dije mientras recogía una almohada

- Es para limpiarme los dientes sandara. Para que sirve un lubricante.

- Me das asco niña.—dije, caminando hacia la puerta con la almohada en la mano

- Ahí!! por Dios no me dirás que nunca lo has usado.—Dios no nunca

- Ni siquiera he tenido sexo con alguien.—ella rio fuertemente.

- ¿Ni con Scott?—reí

- Ni con Scott,-- pero si ella sabía lo que había pasado porque hacia lo posible para recordarme lo imbécil que fui?

Ella paso a lado mío, se sentó en su cama mirándome, me di la vuelta y me encontré con su mirada.

- ¿ Puedes irte?—me dijo.

- ¿Dónde estabas?—ella se encogió de hombros.

- ¿Ahora tengo que decirte todo lo que haga?

- Por lo menos ¿no?

- Fui con Ernesto, de acuerdo.

- ¿Ernesto?—arrugue las cejas, no recordaba a ni un chico con ese nombre de la universidad que conociera.—y quien es ese?—añadí.

- Te he contestado la pregunta ahora, puedes sacar tu culo de mi habitación.—sonreí nada feliz, tenía una almohada en las manos, cuando iba a salir se la avente y le cayó en el rostro.—idiota!!—grito, me reí

Salí del cuarto y fui al mío, me tumbe a mi cama quedado boca arriba, me la había pasado bien con JD pero esos chicos estropearon todo, que estará haciendo JD ahorita… espera porque estoy pensando en JD Dios es simplemente un tipo cualquiera, me di media vuelta, mire la fotografía que tenia de Scott y yo cuando éramos niños, el traía una camisa azul de béisbol y yo traía una falda y unos pompones, recordé que ese día había tenido Scott un partido de béisbol y yo lo fui a animar ese día fue inolvidable éramos dos niños felices en lo que cabía en ese entonces esas sonrisas solo eran fingidas, porque desde ese entonces nos habían la vida in feliz. Scott y su equipo había ganado, ese día Scott me robo mi primer beso. Sonreí al recordar ese día inolvidable, también recordé cuando competí con otra escuela de porristas, recuerdo que me rompí el brazo y el lloro cuando estaba en el hospital, me escribió algo en el yeso “siempre juntos” y hasta ahora lo hemos cumplido si había peleas y eso pero nunca nos dejaríamos de hablar realmente quiero demasiado a Scott aunque a veces sea un maldito patán.

¿morirías... por amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora