Parte 75

78.3K 3.9K 2K
                                    

Abby

Me encontraba recostada en mi cama, en mi casa mirando la ventana que había en mi habitación. En este punto había dejado de llorar, mis ojos estaban tan hinchado que ya sentía ganas de dormir, mi cara estaba roja y sin vida. Hoy tenía una sesión de fotos pero le dije a Billie que la moviera dentro de una semana. Ya no había más escuela con que distraer mi mente. Había estado con la misma ropa desde que volví de Italia, no quería ni tenía fuerzas para cambiarme. Miré nuevamente la carpeta que se encontraba a mi lado. Me daba mucho miedo y escalofríos pensar con qué tipo de gente se había lidiado Jason, narcotraficantes, criminales y... traficantes de personas. Una corriente de aire me invadió haciendo que temblara de terror.

Me levanté de la cama y seguí leyendo. Al parecer la... la comprometida de Jason tenía un hermano que era traficante de personas. Y la agente de la CIA quería mi ayuda. Pero ¿cómo carajos iba a ayudar yo?

El timbre de mi casa sonó y solté de inmediato la carpeta, no negaría que estaba muerta de miedo, sabiendo que... Lia. (Todavía me costaba asimilar eso) sabía de mi existencia, toda su familia eran criminales que salen en las películas, y unos muy malos.

El timbre volvió a sonar y me espanté, decidí bajar y tomé la escoba que estaba al lado de las escaleras. Caminé lentamente y le soplé a un cabello que se me cruzaba en la cara. Abrí la puerta y me encontré con una mujer.

—Vaya — dijo la chica.

Dejé la escoba a un lado.

— ¿Quién eres? — pregunté.

—Nicol Miller, CIA — Dijo mostrando su placa.

El reporte vino a mi memoria y ahora estaba más aterrorizada.

— ¿Puedo pasar? — habló con cuidado.

Miré detrás de su hombro para ver si había alguien más.

—Nadie viene conmigo — dijo leyendo mi mente.

Me debatí pero al final me hice a un lado para que pasara.

—Gracias — y entró.

Cerré la puerta y la observé. Llevaba unos pantalones pegados a su cuerpo, pero no eran de trabajo, tenis y una camisa de manga larga cualquiera. Noté que el entrenamiento ahí les hacia un buen cuerpo.

—Oiga, antes que nada...

—Dime Nicky por favor, no como señora — me interrumpió.

Quedé con la boca abierta pero la cerré.

—Nicky — pronuncie sin ganas — yo no tengo nada que ver con esas personas que tú me dices.

Me miró. Sus ojos eran verdes esmeraldas que me hizo casi abrir la boca, su mirada era felina y seria. Tenía atado su cabello en una fina coleta con pelo liso. No era mucho mayor que yo, si acaso algunos cinco o seis años.

—Yo sé que no tiene nada que ver contigo — se sentó en el sillón — pero de tu colaboración.

—Ah no, yo no me voy a meter en nada de eso, ¡voy a salir con una bala en la cabeza! —Grité alterada. No era el mejor momento para estar hablando esto. Respiré y volví a tomar calma — Nicky, soy solo modelo y nada más, en ningún momento de mi vida me llamó la atención jugar a policías y ladrones ¿okey?, acabo de descubrir que mi novio está comprometido con la hija del narcotraficante con más poder en Italia, y resulta que el hermano de esa tipa es un maldito traficante de personas, estoy jodidamente triste y asustada. Mi mente no puede procesar tanto, si ve mes estoy hecha un desastre.

Tomé aire y ella se levantó del sillón.

—Te propongo algo, te dejo mi número personal y tú me hablas cuando te encuentre mejor — me dio un papelito — solo recuerda que entre más tiempo, hay más personas en riesgo. Eres muy guapa y una excelente persona, no mereces llorar por estupideces, demuestra la mujer fuerte que hay dentro de ti — me sonrió y salió.

Mi nuevo Roomie (Roomie 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora