Parte 43

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Jason estaciono frente a la casa. Bajé del auto y entre.

La sala estaba un poco más limpia desde la última vez que fui, pero no completamente.

Mire a Jason.

-¿No han limpiado desde la fiesta? - pateé un vaso rojo

-Solo un poco - contestó avergonzado

-Me daré un baño - iba a subir las escaleras pero una mano me detuvo

Volteé a ver a Jason.

-Abby, de verdad quiero intentarlo contigo, me gustas muchísimo, más que lo que me ha gustado alguna otra persona, y no sé por qué ni cómo, pero no puedo sacarte de mi cabeza. Así que te diré lo que tú quieras, solo tenme un poco de paciencia, pero lo haré

Lo miré por unos segundos, su cara de preocupación era visible.

-Jason, no siempre voy a estar aquí para cuando tú quieras, no es como si fuera un maldito comodín que estoy dispuesta en el momento que sea

-Lo sé, y lamento muchísimo si en algún momento te hice sentir así, pero no era lo que quería, simplemente mi mente era una mierda, bueno lo sigue siendo pero está vez estoy dispuesto a decirte qué pasa - su mirada había cambiado, era suplicante - por favor, me hinco si es lo que quieres

Reí

-No, no quiero eso, quiero que sientas la confianza conmigo de contarme lo que sea, pero eso no lo puedo exigir Jason

Subí las escaleras.

-Nací y crecí en Estados unidos, desde pequeño he sido un niño problema, tengo dos hermanos, yo soy el del medio. Adoro viajar desde que mis padres me cambiaban a diferentes internados para chicos problemas - sus pasos duros se oían subir las escaleras

Volteé a verlo.

-¿Cómo se llaman tus hermanos? - pregunté

-William y Alysson - dijo sin dudarlo - conocí a Alexandre en un viaje a Francia, bueno, fue desde que me mandaron al internado ahí, y desde ese momento fuimos amigos, solo que no me gustaba mucho su forma de vivir, sus padres son una de las familias más ricas en Francia y siempre se aprovecha de ello

-Jason, esto no es un juego...

-Créeme que lo sé - se fue acercando a mí

-No habrá más oportunidades - dije con la respiración pesada

Tenerlo cerca hacia que no pensara con cordura.

-No necesito más - puso sus manos en mi cintura - solo te necesito a ti

Y unió enérgicamente sus labios con los míos. Todavía podía saborear el alcohol en su boca, que estaba mezclado con menta. Sus manos se introdujeron en mi blusa y fueron subiendo hasta mi brasier, apretó mis pechos suavemente robándome un gemido. Cada tacto de él parecía que quemaba, mordí ligeramente su labio inferior y el gruño ya que tenía una herida ahí, reí por eso. Lleve mis manos a su nuca y hale su pelo disfrutando del beso. Bajó sus manos hasta mi trasero para levantarlo y enredar mis piernas alrededor de su trasero, y dio un ligero apretón haciendo que me pegara más a su intimidad. Torpemente caminó hasta su habitación y abrió la puerta, puso mi espalda suavemente sobre la cama y abrió mis piernas para después meterse en ellas. Me apoye sobre los codos para verlo, el café de sus ojos había sido reemplazado por un negro brillante de pura lujuria. Se quitó rápidamente la camisa dejándome deleitarme con su maravilloso cuerpo, mordí mi labio instintivamente.

-No hagas eso - dijo poniéndose arriba de mí basándome con más pasión.

Mis manos recorrieron todo su cuerpo, sus redondos pectorales y bajaron por su muy bien trabajado abdomen hasta detenerse en el cinturón.

Mi nuevo Roomie (Roomie 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora