26. Que acabe ya esta tortura.

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Llegaron al apartamento de Hope sin saber exactamente cómo, dejando un camino de ropa hasta la habitación. Luke recostó a Hope en la cama mientras mordía suavemente el cuello de la chica, la pelirroja, medio desvanecida por el alcohol suspiró:

- Tom...

El moreno paró y se quedó mirando a Hope desconcertado.

- Me llamo Luke. - Dijo poniéndose de rodillas frente a la pelirroja.

- Lo siento, no quería...

- No importa. - Respondió Luke sin dejar acabar la frase a Hope y volviéndola a tumbar en la cama.

- Para, creo que deberías irte.

Luke se la quedó mirando, luego miró su entrepierna. La situación era grave. El chico se pasó las manos por el pelo y sonrió de medio lado.

- Claro, pero dame un minuto, por favor.

Hope se percató del asunto y enrojeció de golpe.

- Lo siento, de verdad. - Sin embargo suspiró aliviada cuando el moreno empezó a reír por lo irreal de la situación.

- No sé quién será ese Tom, pero está claro que aún le quieres y no has pasado página. - Dijo Luke mientras se volvía a vestir.

- Ya, está claro que no.

El moreno cogió su chaqueta y salió del apartamento dejando a una Hope hecha bolita en la cama, confundida y a punto de llorar.

Timbre.

Hope gruñó, otra vez no.

Timbre y aporreo de puerta como si no hubiera un mañana.

La pelirroja, llorosa, abrió la puerta para encontrarse a Bao con la mulata del bar prácticamente convertidas en un único ser.

- Mi casa no es un motel. - Dijo Hope.

- ¿Tienes chocolate o algo? - Preguntó la asiática en respuesta.

- En el armario de encima de la encimera, izquierda, segunda balda.

- Te adoro. - Cogió a la mulata de la muñeca y se la llevó. - Por cierto cielo, de nada. - Gritó Bao antes de meterse en el cuarto.

Hope incrédula cogió los auriculares y se puso, a tope de volumen otra película de su lista de traiciones amorosas. Gran noche.

Ya habían acabado las grabaciones por ese día así que Tom había huido cual comadreja del set de rodaje y se encontraba en un cuartito solo, a oscuras, con el teléfono pegado a la cara intentando controlar las ganas de buscar el nombre Hope en Instagram.

Podía oír de fondo la voz de Benedict gritando su nombre para que se aprendiera las líneas de lo que iban a grabar mañana pero el rubio no estaba de humor. Bueno, se sentía romántico, pero de los del siglo XVIII, que sólo querían llorar y morirse.

"Hope Travers".

Buscar.

Personas etiquetadas.

¡Qué cojones!

Tom se levantó de repente enfadado, iracundo, decepcionado, ¿dolido? No sabía porque se sentía así, pero sí sabía quién se lo había provocado. ¿Ella ya le había olvidado? Y él a penas podía escuchar su nombre sin empezar a llorar.

Benedict entró en la habitación casi dando una patada a la puerta y con un hacha que había cogido prestada del set y gritó con cara de psicópata:

- ¡Te encontré! ¡No puedes huir de mí!

Tom se quedó mirándolo con cara de pocos amigos y con lágrimas en los ojos del susto que se había llevado.

- ¿Estás bien tío? - Preguntó Benedict cambiando completamente el tono cuando vio que Tom no había movido ni un músculo de su cuerpo.

- Oh sí, estoy en mi mejor momento, ¿por qué lo preguntas? Que no te engañen mis lágrimas y mis ganas de morirme, creo que estoy en la mejor fase de toda mi existencia. - Y mirando la pantalla del teléfono. - Aunque por lo visto Hope está en una fase mejor.

- Espera, ¿la prepúber esta es Hope? ¿Tu Hope? - Preguntó Benedict confuso ante la juvenil apariencia de la muchacha (pese a que la foto no era la mejor toma del mundo y ella estaba, ciertamente, enfocada en otras cosas más que en posar).

Tom puso cara de consecuencia.

- Te dije que era más joven que yo.

- Sí Tom, pero no tanto. - Dijo el moreno mientras le soltaba una colleja que resonó en el cuarto. - Dime al menos que no te has acostado con ella.

Tom puso los ojos en blanco como queriendo hacer cálculos.

- Si... unas cuantas veces. - Respondió por lo bajini mientras una sonrisa aparecía en su rostro.

- ¡¿Pero a ti qué te pasa?! - Gritó Benedict dándole otra colleja.

- Ya es mayor de edad, y... sabe lo que hace. - Una sonrisa se dibujó en su rostro por los recuerdos. - No me des otra colleja. - Dijo Tom apartándose con reflejos felinos.

- A ver, trae pa'ca. - El moreno le arrancó el teléfono de las manos y se acercó la pantalla a la cara. - Ups.

- ¿¡Qué?!

- Que le he dado like.

- Tierra trágame. - Dijo Tom con tono lastimero. Miró fijamente a su amigo con cara de malas pulgas. - Pero antes te mato a ti.

En, literalmente, el otro lado del globo terráqueo, una asiática gritó. Salió de la habitación, dejando a su acompañante agotada y durmiendo en una cama que no era de ninguna de las dos y se lanzó, en bragas, encima de una pelirroja que medio dormitaba en el sofá.

- ¡Le ha dado like! ¡¡Tía que le ha dado like!!

Hope se despertó de golpe, asustada.

- ¡Vístete!

- ¡Llevo bragas! ¡Es irrelevante! ¡Le ha dado like! - Y le puso el teléfono a dos centímetros de la cara a la pelirroja.

- ¿¡Qué te pasa?! ¡¿Por qué publicas esto?! - Exclamó Hope. - ¡¡Oh Dios, Tom ha visto esto!! ¡¡Por el amor de... oh joder!! ¡¡Mátame!! Espera. ¡¡Mejor te mato yo!!

- Hope. Lee lo que hay escrito en negrita y mayúsculas en esto. - Bao se sentó muy tiesa en el sofá. Seria. Aunque por poco, esbozó una sonrisa malvada antes de gritar. - ¡¡¡Te stalkea!!!

Y Hope sonrió como una loca.

- ¡¡Me stalkea!!

- Si es que sois igual de penosos los dos. - Se levantó del sofá, palmeó la cabeza de la pelirroja y añadió. - Echo a... cómo se llame, me visto y planeamos nuestro siguiente movimiento. Querida, esto no ha acabado.

Y se fue a la habitación riendo como una maniática.

¿Otra vez tú? - Tom Hiddleston.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora